Mantener el baño limpio y con buen aroma no tiene por qué ser complicado ni costoso. Aunque para muchas personas esta tarea puede resultar tediosa, existen soluciones prácticas que ayudan a eliminar los malos olores y a conservar un ambiente fresco con pequeños cambios en la rutina diaria.

Uno de los principales aliados en la limpieza es la combinación de vinagre y bicarbonato. En ocasiones, el olor persistente proviene del sarro acumulado en el inodoro, el cual no siempre se elimina con productos comerciales. Para una desinfección eficaz, se recomienda aplicar una mezcla de bicarbonato de sodio, agua y vinagre en las zonas afectadas, dejarla actuar durante 20 minutos, tallar y enjuagar. Los resultados suelen ser inmediatos.

La ventilación también cumple un papel fundamental. Contar con un extractor de aire, ya sea en el techo o en la pared, ayuda a expulsar la humedad y el aire viciado después de usar el sanitario. Encenderlo tras cada uso reduce de manera significativa la concentración de olores. Asimismo, abrir puertas y ventanas favorece la circulación del aire, especialmente después de duchas calientes, cuando el vapor puede propiciar la aparición de moho.
Otro punto a revisar son las tuberías. En algunos casos, el problema no está a simple vista, sino en los sifones. Un remedio casero consiste en hervir medio litro de agua, disolver en ella una pastilla de levadura y verter la mezcla en el desagüe. Dejarla actuar durante la noche ayuda a neutralizar los olores que se generan en las cañerías.

Como complemento, un ambientador casero puede marcar la diferencia. Mezclar tres partes de agua con una de vodka o alcohol, y añadir unas gotas de aceite esencial, permite obtener una solución práctica para rociar el baño después de usarlo. También puede incorporarse vinagre blanco para potenciar su efecto.
Con estos consejos simples, es posible mantener el baño limpio, fresco y libre de malos olores sin necesidad de grandes gastos ni esfuerzos excesivos.
