A pocas semanas del Día de Muertos, los mexicanos comienzan a preparar sus altares para honrar a los seres queridos que ya no están. Entre los elementos indispensables, las flores no solo cumplen una función decorativa, sino que también tienen un simbolismo profundo.
Aunque el Cempasúchil es la flor más reconocida, no es la única que puede colocarse en la ofrenda. Cada variedad aporta un significado especial que ayuda a guiar y proteger a las almas durante esta celebración.
Cempasúchil
Con su color vibrante, el Cempasúchil, conocido como “flor de veintena”, era usado por los mexicas porque su aroma intenso ayudaba a guiar a las almas desde el Mictlán hasta el altar.
Flor de Terciopelo
También llamada cresta de gallo, esta flor simboliza el amor eterno de la familia hacia el difunto. Suele colocarse en los bordes de la ofrenda para proteger sus elementos y mantener su armonía.
Flor de Nube
Conocida como Velo de Novia, representa la pureza, la inocencia y la ternura, y se utiliza especialmente para las ánimas de los niños, agregando delicadeza al altar.
Es importante mencionar que las flores de la ofrenda pueden variar según la región. En Puebla, por ejemplo, se prefieren flores azules y blancas, mostrando la riqueza de la tradición mexicana y su diversidad cultural.
Incorporar estas flores no solo embellece la ofrenda, sino que también mantiene vivos los valores y símbolos que hacen del Día de Muertos una celebración única.