Si sientes un dolor abdominal repentino o un malestar que no te permite mantenerte sentado, podría tratarse de una emergencia relacionada con el páncreas.
La pancreatitis, según la página especializada Mayo Clinic, es la inflamación del páncreas, un órgano largo y plano ubicado detrás del estómago. Este órgano tiene funciones esenciales:
- Ayuda a digerir los alimentos.
- Regula los niveles de glucosa en la sangre.
Cuando el páncreas se inflama, el sistema inmunitario reacciona, lo que puede causar hinchazón, dolor y afectar su correcto funcionamiento.
Existen varios factores que aumentan el riesgo de padecer pancreatitis:
Hábitos y estilo de vida
Consumo excesivo de alcohol: ingerir cuatro o cinco tragos diarios incrementa la probabilidad de desarrollar la enfermedad.
Tabaquismo: los fumadores tienen hasta tres veces más riesgo de padecer pancreatitis crónica que los no fumadores; dejar este hábito puede reducirlo.
Obesidad: un índice de masa corporal (IMC) de 30 o más aumenta la susceptibilidad.
Condiciones de salud y antecedentes
- Diabetes
- Antecedentes familiares: tener familiares con pancreatitis eleva el riesgo, especialmente si existen otros factores, debido a la presencia de genes vinculados a la pancreatitis crónica.
Síntomas de alerta
La pancreatitis aguda puede manifestarse con:
- Dolor en la parte superior del abdomen, que puede extenderse hacia la espalda.
- Sensibilidad al tocar el abdomen.
- Fiebre.
- Pulso acelerado.
- Malestar estomacal y vómitos.
En la pancreatitis crónica, los signos más comunes son:
- Dolor persistente en la parte superior del abdomen.
- Molestia abdominal que se intensifica después de comer.
- Pérdida involuntaria de peso.
- Heces grasosas y de olor fuerte.
Cuándo buscar atención médica
Es recomendable consultar con tu médico si presentas dolor abdominal repentino o molestias que no mejoran.
Si el dolor es tan intenso que no te permite sentarte ni encontrar una posición cómoda, acude de inmediato a un servicio de urgencias.