Tener ajo listo para usar en cualquier momento puede hacer que cocinar sea más práctico y disfrutable. Con esta receta casera, no solo ahorrarás tiempo en la cocina, también tendrás un condimento que aporta intensidad y aroma a cada preparación.
El aliado indispensable en la cocina
El ajo es uno de los ingredientes más utilizados en todo el mundo. Su sabor potente y característico lo convierte en el complemento perfecto para una amplia variedad de recetas, desde las más tradicionales hasta las más sofisticadas. Junto con la cebolla, forma el dúo favorito de muchos hogares para dar ese toque casero que tanto gusta.
Sin embargo, pelarlo y picarlo cada vez puede resultar tedioso, además de impregnar olores en manos y utensilios. Por eso, contar con una preparación lista es una manera práctica de simplificar tu rutina sin renunciar al sabor.
Una receta fácil para conservarlo
Una de las formas más efectivas de tener este ingrediente siempre disponible es preparando ajo en aceite. Este método no solo permite conservarlo por más tiempo, también ofrece dos productos en uno: ajo picado para guisos, salsas o sofritos, y un aceite aromatizado perfecto para saltear o dar un toque final a cualquier plato.
Ingredientes:
- 3 cabezas de ajo
- Aceite vegetal (oliva, maíz o canola)
- 1 frasco con tapa
Preparación:
1._ Pela los dientes de ajo y pícalos finamente con un procesador de alimentos.
2._ Esteriliza el frasco hirviéndolo durante 5 minutos en agua.
3._ Deja enfriar y coloca el ajo dentro.
4._ Cubre completamente con aceite y refrigera.
Un recurso práctico y duradero
Conservar el ajo de esta manera facilita la preparación de cualquier receta. Además, el frasco puede mantenerse en buen estado durante varios meses si se guarda en refrigeración.
Es importante considerar que el sabor se intensifica con el tiempo, por lo que en muchas ocasiones bastará media cucharadita para sustituir un diente grande de ajo. Una solución sencilla que convierte a este ingrediente básico en un aliado aún más versátil en la cocina.