La paprika es una especia en polvo que se obtiene al moler pimientos rojos secos, originarios de Latinoamérica. Su uso se ha extendido a distintas gastronomías del mundo, donde destaca por su capacidad de aportar color, aroma y sabor a gran variedad de platillos.

Dependiendo del tipo de chile utilizado, puede ofrecer matices dulces o picantes. Este condimento ocupa un lugar especial en la cocina española, húngara y canaria, y suele encontrarse en envases pequeños, ya sea en frascos o latas.

Más allá de su valor culinario, la paprika contiene nutrientes y compuestos activos que la convierten en un ingrediente beneficioso para la salud.

Propiedades y beneficios de la paprika

Rica en antioxidantes: gracias a la capsantina, los carotenoides y la vitamina C, ayuda a combatir los daños provocados por los radicales libres.
Fortalece el sistema inmunitario: su aporte de vitaminas A, C y antioxidantes favorece la respuesta del organismo frente a infecciones.
Efecto antiinflamatorio: los carotenoides y la capsaicina, presentes en variedades más picantes, contribuyen a reducir inflamaciones.
Protección ocular: por su contenido de vitamina A y carotenoides, favorece la salud visual y puede prevenir enfermedades oculares.
Cuidado cardiovascular: la combinación de vitamina C, potasio y antioxidantes ayuda a regular la presión arterial y mejorar la circulación.

Mejora la digestión: estimula los jugos gástricos, lo que favorece una digestión más ligera.
Fortalece los huesos: contiene pequeñas cantidades de calcio, magnesio y vitamina K, esenciales para mantener la estructura ósea.
Estimula el metabolismo: en ciertas variedades, la capsaicina aporta un ligero efecto termogénico que ayuda a la activación metabólica.

En resumen, la paprika no solo realza el sabor de las comidas, sino que también aporta nutrientes que contribuyen al bienestar general, convirtiéndola en un ingrediente que combina placer culinario y beneficios para la salud.