El 28 de julio se conmemora el Día Mundial contra la Hepatitis, una fecha impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 2008, con el objetivo de generar conciencia sobre una inflamación grave del hígado que puede provocar complicaciones como daño hepático y cáncer.
Día Mundial contra la Hepatitis 2025: conozcámosla para combatirla
Este año, el lema elegido por la OMS es “Hepatitis: conozcámosla para combatirla”, con un llamado claro a eliminar el estigma y a mejorar el acceso a diagnóstico y tratamiento. La campaña resalta la necesidad urgente de integrar los servicios de atención para la hepatitis en los sistemas de salud, con la meta de erradicar esta amenaza antes del año 2030.
Aunque los virus de hepatitis B y C son prevenibles, tratables y, en el caso del tipo C, curables, muchas personas siguen sin ser diagnosticadas a tiempo, lo que retrasa el tratamiento y pone en riesgo su salud.
Una efeméride para impulsar la acción global
El Día Mundial contra la Hepatitis busca movilizar a los sistemas de salud y a la población en general para adoptar medidas concretas contra esta enfermedad. De acuerdo con datos de la OMS, en 2015 se estimaban cerca de 250 millones de casos de hepatitis B a nivel mundial, con una mayor prevalencia en África subsahariana, Asia y las islas del Pacífico. En la actualidad, también se han detectado brotes significativos en América del Sur, Europa del Este, Asia Central y Medio Oriente.
Entre los objetivos globales establecidos por la OMS se encuentra la reducción en un 90 % de las nuevas infecciones de hepatitis y la disminución en un 65 % de las muertes asociadas a esta enfermedad para el año 2030.
¿Qué es la hepatitis vírica y cómo se transmite?
La hepatitis vírica es una infección que causa inflamación aguda del hígado. Existen cinco tipos principales de virus, identificados con las letras A, B, C, D y E. Cuanto más avanzado en el alfabeto, mayor suele ser el riesgo que representa la infección. Generalmente, la inflamación aparece de forma repentina y dura pocas semanas, aunque puede derivar en complicaciones si no se trata adecuadamente.
La transmisión ocurre principalmente por contacto con sangre infectada, lo cual puede suceder al compartir agujas, realizarse tatuajes o piercings sin medidas higiénicas adecuadas, o mantener relaciones sexuales sin protección.
Prevención: la clave para frenar la propagación
Prevenir la hepatitis vírica es posible mediante acciones responsables. En primer lugar, se recomienda evitar procedimientos invasivos en lugares no certificados que no garanticen condiciones sanitarias básicas. En segundo término, es fundamental recibir las vacunas disponibles contra los tipos A y B, que se aplican desde los primeros meses de vida. Y en tercer lugar, el uso de preservativos durante las relaciones sexuales reduce significativamente el riesgo de contagio.
Si bien la hepatitis rara vez provoca muerte inmediata o requiere hospitalización urgente, es crucial monitorear la salud hepática de forma regular. Un examen de sangre anual o semestral permite detectar posibles infecciones a tiempo y actuar antes de que se desarrollen complicaciones.
Con esta conmemoración, la OMS busca fortalecer el compromiso global para frenar la hepatitis vírica, mejorar el acceso a servicios de salud y proteger millones de vidas en todo el mundo.