Una tendencia natural se está ganando un lugar en las rutinas de cuidado facial: los cubos de hielo de aloe vera. Este truco casero combina los beneficios calmantes de la sábila con el poder refrescante del frío, logrando una piel más luminosa, tonificada y libre de imperfecciones.
¿Por qué usarlos?
Aplicar aloe vera en forma de hielo ayuda a reducir la inflamación de granitos, cerrar poros, controlar la grasa y calmar irritaciones, desde quemaduras solares hasta enrojecimientos después del rasurado. Además, mejora la circulación, lo que deja un aspecto más saludable y radiante.
Cómo prepararlos en casa
Solo necesitas gel de aloe vera (natural o puro de bote), agua purificada o agua de rosas y un molde para hielos. Mezcla, vierte, congela y listo. Puedes añadir vitamina E o pepino licuado para potenciar sus efectos.
¿Cómo aplicarlos sin dañar la piel?
No pongas el hielo directamente sobre el rostro. Envuélvelo en una tela delgada y pásalo con movimientos suaves durante 1 o 2 minutos. Evita dejarlo fijo en una zona y adapta la frecuencia según tu tipo de piel: dos o tres veces por semana para pieles sensibles, o a diario si tienes piel grasa o con acné.
Más allá del rostro
También puedes usarlos en hombros, piernas o cuello después del sol o la depilación, para aliviar picaduras o incluso hidratar labios secos.
Este sencillo remedio casero es una forma efectiva, económica y natural de cuidar tu piel, ideal para los días de calor o cuando necesitas un cuidado rápido y visible.