El pasado 25 de mayo, la Coordinación Nacional de Literatura del INBAL rindió homenaje a la escritora Rosario Castellanos por los 100 años de su natalicio. Bajo el título "Rosario Castellanos: mujer de palabras y miradas", el evento reunió a destacadas figuras de la cultura y la literatura como Elena Poniatowska, Leticia Bonifaz y Sara Uribe, en una reflexión profunda sobre la vida, obra y legado de la autora chiapaneca.
La escritora Elena Poniatowska, Premio Cervantes 2014, abrió el conversatorio evocando el carácter sencillo y generoso de Castellanos. La describió como una mujer que prefería hablar de sus errores antes que de sus logros, y que siempre vivió con modestia.
“Rosario andaba por la vida buscando a quién regalarle una flor, un poema o su cariño”, dijo conmovida.
También recordó su poesía, sus novelas como Balún Canán y Oficio de tinieblas, y su paso como embajadora en Israel.
Leticia Bonifaz, abogada y articulista, habló sobre la infancia de Castellanos y cómo desde temprana edad identificó el machismo, el clasismo y el racismo que marcaron gran parte de su obra. Resaltó cómo la autora visibilizó la discriminación hacia mujeres e indígenas, temas poco atendidos en su época.
Por su parte, la poeta Sara Uribe compartió cómo conectó desde joven con la sensibilidad de la escritora. Destacó su actitud crítica ante los feminismos y su defensa de temas como la maternidad libre, el trabajo doméstico no remunerado y la desigualdad de género. Uribe subrayó la profundidad con la que Castellanos abordó la relación entre la vida y la muerte, así como su resistencia a los mandatos impuestos a las mujeres.
El homenaje, presentado por la secretaria de Cultura, Claudia Curiel, y Nadia López García, coordinadora nacional de Literatura, fue moderado por la escritora Diana del Ángel. En el público asistieron intelectuales como Marta Lamas, Gabriel Guerra y Mario Bojórquez.
Al cierre del evento, Poniatowska recordó a quienes más quisieron a Rosario, como Ricardo Guerra, Emilio Carballido y Jaime Sabines, quien le dedicó un poema lleno de dolor tras su muerte. Visiblemente emocionada, la escritora concluyó:
“Hace mucha falta Rosario Castellanos”.
Gabriel Guerra, hijo de Castellanos, expresó en entrevista su entusiasmo por los homenajes dedicados a su madre, y celebró que nuevas generaciones sigan redescubriendo su pensamiento y sensibilidad.