ROSA MARÍA PASQUALLI MENESES
Estudiante de la Escuela de Turismo UAEM
El turismo de naturaleza o ecoturismo se enfoca en el disfrute de la naturaleza y la conservación de los recursos naturales. Es una forma de turismo que busca minimizar el impacto ambiental y promover la interacción respetuosa con la biodiversidad y el patrimonio local.
El Corredor Biológico Chichinautzin abarca municipios de Morelos, el Estado de México y la Ciudad de México. En Morelos, incluye los municipios de Cuernavaca, Huitzilac, Jiutepec, Tepoztlán, Tlalnepantla, Totolapan, Tlayacapan, Atlatlahucan y Yautepec.
En el corredor Biológico Chichinautzin puedes disfrutar de diversas actividades turísticas como observación de aves, senderismo, ciclismo de montaña, campismo y rappel.
También puedes visitar la zona arqueológica de El Tepozteco, ubicada en la cima del cerro Ehecatepetl, y recorrer la ruta de los conventos agustinos, dominicos y franciscanos. Además, puedes observar la flora y fauna, incluyendo aves migratorias y disfrutar de paisajes naturales.
Chichinautzin proviene del náhuat, que significa “Señor que quema” o “Antiguo guardián del bosque” y se refiere a un volcán inactivo y a un corredor biológico en México.
El corredor Biológico Chichinautzin está geográficamente ubicado al norte del Estado de Morelos, abarca los municipios de Atlatlahucan, Cuernavaca, Huitzilac, Tepoztlán, Jiutepec, Yautepec, Tlayacapan, Totolapan y la porción sur de las delegaciones de Milpa Alta y Tlalpan, al sur de la Ciudad de México.
La superficie, de 65,721 hectáreas, incluye al Parque Nacional Lagunas de Zempoala y al Parque Nacional El Tepozteco, zonas que forman parte del amplio corredor biológico que sustenta a la flora y fauna locales, convirtiéndolo en el pulmón más grande Morelos.
El corredor Chichinautzin fue decretado Área de Protección de flora y fauna el 30 de noviembre de 1988.
En el corredor se han registrado 237 especies de aves, 315 especies de hongos (más de 80 comestibles), 10 especies de anfibios, 43 especies de reptiles y mil 348 especies de insectos y arañas, 36 de ellas exclusivas de la región. También se encuentran 5 especies de peces, 785 especies de plantas, además de bosques de pino, oyamel y encino. Especies como la salamandra (Isthmura bellii), víbora de cascabel de cola negra (Crotalus molossus), aguililla (Buteo Jamaicensis) y pájaro reloj (momotus mexicanus) son especies endémicas que habitan en la región.
La totalidad de los cuerpos de agua del Estado de Morelos pertenecen a la cuenca del Río Balsas, que corresponde al río más grande del sur del país al desembocar en el Océano Pacifico.
En el Estado se encuentra dividido en tres subcuencas: La del río Amacuzac, que tiene una superficie de 4,303,39 km2; la del Nexapa o Atoyac, con 673,17 km2, y la del Balsas-Mezcala, con 1.6 km2 (Contreras MacBeath 1995).
Uno de los rasgos hidrológicos más importantes del Corredor se refiere a su importancia dentro del balance hídrico regional; las principales zonas de recarga de acuíferos de Morelos se localizan en las sierras del Chichinautzin, Zempoala y Nevada, por lo que este servicio ambiental es fundamental para cubrir las necesidades de agua para las actividades económicas (agricultura, ganadería, industria, recreación) y el uso doméstico de la mayor parte del estado.
Destaca además por que incluye las cabeceras o cuencas altas del río Yautepec y Apatlaco.
Los ríos Yautepec y Apatlaco establecen un balance hídrico de la zona; mantienen su recarga producto de las precipitaciones de verano, que llegan a alcanzar más de los 1200 mm anuales en los límites superiores del municipio de Huitzilac, mientras que en el resto de los municipios del corredor se han registrado entre 900 y 1200 mm medios anuales (UAM- UAEM,1990) dando como resultado una importante zona de recarga de los mantos acuíferos, ya que por su ubicación dentro de la sierra Chichinautzin, es una de las áreas con mayor capacidad de infiltración en el estado, 70- 80 por ciento, misma que permite que con el aprovechamiento de estos acuíferos se desarrollen las actividades económicas y domesticas de la región. Es por ello que el corredor biológico Chichinautzin es de suma importancia para todos nosotros.
FOTOGRAFÍAS: ROSA MARÍA PASQUALLI MENESES