A tres años de que ChatGPT revolucionara el mundo tecnológico y colocara a OpenAI en la cima como ninguna otra startup, la compañía cierra 2025 enfrentando un escenario mucho más complejo.
El liderazgo que parecía indiscutible ahora es cuestionado por el avance acelerado de sus competidores, las crecientes pérdidas financieras y las dudas de inversionistas sobre su modelo de negocio a largo plazo.
Desde su lanzamiento en noviembre de 2022, ChatGPT rompió récords al pasar de cero usuarios a más de 800 millones de personas activas por semana, convirtiéndose en el principal referente de la inteligencia artificial generativa.
La empresa alcanzó una valuación cercana a los 500 mil millones de dólares, aunque recientemente fue superada por SpaceX.
Sin embargo, ese crecimiento no se ha traducido en rentabilidad: OpenAI terminará el año con pérdidas de varios miles de millones de dólares y sin expectativas de ser rentable antes de 2029.
Las críticas no han pasado desapercibidas.
Inversionistas y analistas han comparado el momento actual de OpenAI con casos históricos de empresas que perdieron su dominio.
Algunos señalan que la compañía intentó abarcar demasiado, diversificándose en múltiples frentes como infraestructura, nuevos modelos, plataformas de video y hasta dispositivos, mientras rivales como Google, con su modelo Gemini, aseguran ya contar con 650 millones de usuarios.
La presión interna también ha aumentado.
Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, reconoció a finales de año que la empresa enfrenta un entorno económico complicado y un mercado cada vez más competitivo.
Esto llevó a la activación de un “código rojo” interno para concentrar esfuerzos en fortalecer ChatGPT.
En respuesta, OpenAI presentó GPT-5.2, uno de sus modelos más avanzados hasta ahora, y anunció una alianza estratégica con Disney, buscando reforzar su posicionamiento tecnológico y comercial.
A pesar de las dudas, no todos anticipan un colapso.
Analistas coinciden en que la carrera por la inteligencia artificial no tendrá un solo ganador, sino varios actores relevantes.
En ese escenario, OpenAI aún tendría un papel clave, incluso si deja de ser el líder absoluto.
Además, contar con Microsoft como socio estratégico, con cerca del 27 % de participación, representa una ventaja crucial, ya que garantiza respaldo financiero y flujos constantes de ingresos.
Así, OpenAI cierra 2025 en una etapa de transición: ya no como el único referente indiscutible de la IA generativa, pero sí como uno de los jugadores centrales en un mercado que seguirá creciendo y repartiendo el protagonismo entre múltiples empresas.
