Aunque el Optimus de Tesla ha acaparado gran atención, no es el único robot humanoide en desarrollo. Varias empresas alrededor del mundo trabajan en modelos capaces de transformar industrias enteras gracias a los recientes avances en inteligencia artificial y hardware especializado, como el superordenador Jetson Thor de Nvidia.
Estos progresos han permitido que la tecnología, antes vista como ciencia ficción, dé pasos importantes hacia aplicaciones reales.
Entre los proyectos más destacados está Atlas, de Boston Dynamics, un robot bípede inicialmente diseñado para misiones de búsqueda y rescate.
Su nueva versión totalmente eléctrica ofrece mayor agilidad y eficiencia, y ya se encuentra disponible comercialmente.

En el ámbito logístico destaca Digit, de Agility Robotics, considerado el primer robot humanoide desplegado de forma comercial para tareas como carga, descarga y reciclaje, con sistemas de inteligencia avanzada que le permiten aprender nuevas habilidades.

Otra propuesta es Apollo, de Apptronik, un robot de propósito general que apuesta por una apariencia más amigable y utiliza tecnología de DeepMind para operar en sectores que van desde la construcción hasta el cuidado de adultos mayores.
En Canadá, Phoenix, de Sanctuario IA, incorpora retroalimentación háptica y óptica para manejar herramientas con precisión, lo que lo vuelve útil en entornos industriales y científicos.

En el terreno de la interacción humana sobresale Ameca, desarrollado por Engineered Arts, cuyo diseño está orientado a replicar expresiones faciales y mantener conversaciones naturales, convirtiéndolo en una opción ideal para atención al público.

China también avanza con Walker S2, de UBTech, un robot industrial con locomoción avanzada capaz de adaptarse al terreno, operar de manera continua y hasta reemplazar sus propias baterías.

Finalmente, en el segmento doméstico, la compañía noruega 1X trabaja en Neo Gamma, un robot en desarrollo con actuadores silenciosos y un cuerpo suave, pensado para convivir en hogares y manipular objetos pequeños con precisión.

El panorama actual demuestra que la carrera por los robots humanoides va mucho más allá de Tesla. Con aplicaciones que abarcan desde la industria y la logística hasta el hogar y la interacción social, estas tecnologías comienzan a perfilar el futuro de cómo viviremos y trabajaremos.
