OpenAI ha dado un paso decisivo hacia la independencia tecnológica al anunciar una alianza estratégica con Broadcom para el desarrollo y despliegue de sus primeros chips de inteligencia artificial personalizados.
Este acuerdo marca una nueva etapa en la expansión de la compañía liderada por Sam Altman, que busca construir su propia infraestructura de cómputo para responder a la creciente demanda de sus servicios basados en IA.
De acuerdo con el comunicado oficial, OpenAI diseñará los chips y los sistemas que los acompañan, mientras que Broadcom aportará su experiencia en conectividad y redes Ethernet para la instalación y futura expansión de los servidores.
El proyecto contempla una capacidad de 10 gigavatios de poder de cómputo, suficiente para alimentar millones de hogares o quintuplicar la electricidad generada por la presa Hoover.
El despliegue de estos chips está previsto para iniciar en la segunda mitad de 2026 y completarse hacia finales de 2029, con la meta de escalar el procesamiento de datos de forma eficiente.
Aunque las empresas no revelaron los detalles financieros, The Wall Street Journal estima que el acuerdo está valorado en varios miles de millones de dólares.
“Asociarse con Broadcom es un paso fundamental en la construcción de la infraestructura necesaria para liberar el potencial de la IA”, declaró Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI.
Este movimiento no implica el fin de las colaboraciones con otras compañías. La startup mantiene alianzas activas con NVIDIA y AMD, que también proveerán potencia de cómputo.
NVIDIA planea invertir 100 mil millones de dólares en OpenAI y suministrarle sistemas de centros de datos con 10 gigavatios de capacidad a partir de 2026. Por su parte, AMD le aportará 6 gigavatios adicionales mediante sus GPU más avanzadas.
La alianza con Broadcom posiciona a OpenAI junto a gigantes tecnológicos como Google y Amazon, que ya desarrollan chips personalizados para reducir su dependencia de los costosos procesadores de NVIDIA.
Sin embargo, los analistas advierten que alcanzar el mismo rendimiento será un desafío, dado el dominio que la compañía verde mantiene en el sector.
El proyecto, además, requerirá una inversión millonaria. Expertos del sector estiman que un solo centro de datos de un gigavatio puede costar entre 50 y 60 mil millones de dólares, por lo que OpenAI podría recurrir a rondas de financiación, inversiones estratégicas y apoyo de Microsoft para cubrir los costos del ambicioso plan.
La decisión de diseñar sus propios chips también responde a la necesidad de integrar en el hardware lo aprendido durante el desarrollo de modelos avanzados como ChatGPT, permitiendo “alcanzar nuevos niveles de capacidad e inteligencia”, según explicó la compañía en su comunicado.
Con este acuerdo, OpenAI acelera su estrategia de autonomía tecnológica, refuerza su posición en el competitivo mercado de la inteligencia artificial y se suma al auge de los chips personalizados, un sector que está transformando la infraestructura digital global y que ya mueve cifras que podrían superar el billón de dólares en los próximos años.