Suiza anunció Apertus, su nuevo modelo nacional de inteligencia artificial de código abierto, desarrollado por la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (ETH Zürich) y el Centro Nacional Suizo de Supercomputación (CSCS).
Se trata de un modelo de lenguaje grande (LLM) que busca convertirse en alternativa a las propuestas de empresas privadas como OpenAI y que, según sus creadores, pretende funcionar como una infraestructura pública, al igual que el agua, la electricidad o las carreteras.
El modelo, entrenado con 15 billones de tokens en más de 1,000 idiomas, fue diseñado bajo estrictas normas suizas de protección de datos y derechos de autor, lo que lo convierte en una opción atractiva para sectores como la banca, donde el cumplimiento normativo es clave.
Está disponible en dos versiones —con 8 mil millones y 70 mil millones de parámetros— a través de Swisscom y la plataforma Hugging Face.
A diferencia de otros proyectos de IA, Apertus es completamente abierto: sus desarrolladores publicaron la documentación, el código fuente y los conjuntos de datos utilizados, lo que permite a investigadores, empresas y aficionados crear aplicaciones como chatbots, traductores o herramientas educativas.
El reto pendiente: la lengua de signos
Aunque Apertus soporta más de 1,500 idiomas, las lenguas de signos aún representan un desafío. Investigadores y startups suizas trabajan en soluciones de interpretación en tiempo real, pero se enfrentan a problemas de precisión, expresividad y velocidad.
Proyectos como SignGemma de Google o la empresa suiza sign.mt, que ya ofrece traducciones básicas a más de 40 lenguas de signos, muestran avances, aunque todavía están lejos de ofrecer un servicio fluido.
La Asociación Suiza de Personas Sordas advierte que la calidad actual no cumple con las necesidades de la comunidad.
Por su parte, la división SwissTXT de la radiodifusora pública suiza está desarrollando intérpretes digitales de IA para programas de televisión. Con grabaciones de intérpretes humanos en 16 cámaras, espera iniciar pruebas en vivo en 2026, comenzando con contenidos rutinarios como el clima.