OpenAI firmó un acuerdo multimillonario con AMD para la producción en masa de chips de inteligencia artificial, en un movimiento que busca reducir su dependencia de Nvidia, actual líder del mercado, y asegurar la infraestructura necesaria para el futuro de modelos como ChatGPT, DALL·E y Sora.
El acuerdo es multianual y contempla el uso de los procesadores AMD Instinct MI450, cuya implementación comenzará en la segunda mitad de 2026.
Este despliegue equivaldrá a 6 gigavatios de potencia computacional, una cifra similar al consumo eléctrico de todos los hogares del estado de Massachusetts, según The New York Times.
Además, AMD otorgó a OpenAI la opción de adquirir hasta un 10% de participación en su capital, alineando intereses financieros y estratégicos entre ambas compañías.
Aunque no se revelaron cifras oficiales de inversión, AMD estima que el acuerdo podría generar más de 100.000 millones de dólares en ingresos en los próximos cuatro años, incluyendo beneficios indirectos de otros clientes.
Como parte del pacto, AMD emitió un warrant que permite a OpenAI comprar hasta 160 millones de acciones a un centavo cada una, condicionado al cumplimiento de hitos como el primer envío de chips MI450 y el aumento del valor de la acción hasta los 600 dólares.
La noticia disparó las acciones de AMD en más de un 20% antes de la apertura de mercado, lo que se tradujo en un incremento de aproximadamente 80.000 millones de dólares en capitalización.
OpenAI diversifica más allá de Nvidia
El movimiento llega pocas semanas después de que OpenAI firmara también un contrato de 100.000 millones de dólares con Nvidia, su socio histórico, para instalar hardware equivalente a 10 gigavatios de capacidad.
No obstante, Sam Altman, CEO de OpenAI, ha manifestado su preocupación por depender de un solo proveedor. Su meta es alcanzar 250 gigavatios de capacidad de cómputo para 2033, lo que requiere diversificar alianzas con actores como AMD y Broadcom, con quien también desarrolla chips propios conocidos como “XPUs”.
Este acuerdo representa un punto de inflexión en la competencia global de chips de IA. AMD, que por años estuvo a la sombra de Nvidia, ahora se posiciona como un competidor real en un mercado que podría superar los 400.000 millones de dólares hacia 2030.
Sin embargo, el pacto también refleja los desafíos de la IA a nivel energético y medioambiental: la construcción de centros de datos de varios gigavatios implica enormes inversiones y un alto consumo energético, en un contexto donde las tecnológicas planean gastar más de 325.000 millones de dólares en infraestructura de IA solo en 2025.
Con esta jugada, AMD busca posicionarse como alternativa clave en el mercado de chips de IA, mientras que OpenAI fortalece su infraestructura para sostener el crecimiento de modelos como ChatGPT y Sora.