Las inversiones en inteligencia artificial (IA) han alcanzado niveles históricos en todo el mundo y se espera que este año sumen alrededor de 1.5 billones de dólares, según la firma de investigación Gartner. Una cifra que podría superar los 2 billones en 2026, lo que representaría casi el 2% del PIB global.
Un ejemplo de este auge es el anuncio de Nvidia, que invertirá 100,000 millones de dólares para apoyar a OpenAI en la construcción de centros de datos de gran escala.
Sin embargo, surge una pregunta clave: ¿Cómo se justifican estas cantidades cuando la rentabilidad de la IA todavía es limitada?
Una apuesta a futuro
Para muchos inversionistas, la IA es comparable a la electricidad en cuanto a su capacidad de transformar industrias. Denis Barrier, director del fondo Cathay Innovation, asegura que no hay dudas sobre su potencial revolucionario, aunque los beneficios inmediatos aún sean bajos.
En Silicon Valley, la visión predominante es “aprovechar la oportunidad” más que preocuparse por los riesgos financieros.
Factores geopolíticos y concentración del mercado
Las tensiones globales también influyen en este frenesí, sobre todo en la construcción de centros de datos que requieren enormes cantidades de electricidad. Entre 2013 y 2024, la inversión privada en IA en Estados Unidos llegó a 470,000 millones de dólares, con China en segundo lugar con 119,000 millones, según la Universidad de Stanford.
El mercado, sin embargo, está concentrado en pocas compañías, con OpenAI como principal referente. En marzo de 2025, la empresa matriz de ChatGPT recaudó unos 40,000 millones de dólares, elevando su valoración a 500,000 millones.
El megaproyecto Stargate
OpenAI también lidera el proyecto Stargate, con el objetivo de construir una red masiva de centros de datos en Texas. Este plan ya ha asegurado 400,000 millones de los 500,000 millones de dólares previstos para 2029, gracias al apoyo de un consorcio internacional en el que participan Softbank, Oracle, Microsoft, Nvidia y cuenta con respaldo de la Casa Blanca.
¿Burbuja o transformación?
Algunos expertos señalan que esta dinámica se asemeja a una “financiación circular”, donde los inversionistas alimentan proyectos que tardarán años en mostrar resultados concretos. No obstante, la mayoría coincide en que la IA será uno de los pilares tecnológicos más importantes del siglo XXI, incluso si los retornos financieros tardan en materializarse.
Con inversiones que baten récords y proyectos de escala inédita, la gran incógnita es cuánto durará esta fiebre y si el sector logrará cumplir con las expectativas que ha generado.