La empresa de inteligencia artificial xAI, fundada por Elon Musk, enfrenta cuestionamientos legales y ambientales por la instalación de una planta de gas en Memphis, Estados Unidos, destinada a alimentar su centro de datos Colossus, donde entrena modelos de IA con cientos de miles de chips de Nvidia.
El Southern Environmental Law Center (SELC) anunció que prepara una demanda federal al acusar a la compañía de operar al menos 35 turbinas de gas sin los permisos requeridos por la Ley de Aire Limpio.
Según el organismo, estas turbinas comenzaron a funcionar en 2024 sin autorización de construcción u operación, generando emisiones de calor y contaminantes en grandes cantidades. Aunque xAI retiró algunas de ellas, instaló tres nuevas de mayor tamaño, alcanzando una capacidad de generación de 407 megawatts.
Ante las críticas, la Cámara de Comercio de Gran Memphis aseguró que las turbinas son “temporales” y que serán retiradas una vez que el centro se conecte a la red eléctrica principal.
No obstante, reconoció que al menos la mitad seguirá activa en la “Fase II” del proyecto, hasta que se construya una segunda subestación, tras lo cual quedarían solo como respaldo.
El caso genera preocupación porque Memphis ya figura entre las regiones con peor calidad del aire en EE.UU., al grado de ser catalogada en 2024 como la “capital del asma”.
La central de gas de xAI tendría el potencial de emitir más de 2,000 toneladas de óxidos de nitrógeno (NOx) al año, compuestos que favorecen la formación de smog y agravan los problemas respiratorios.
Lo que para Musk es una solución energética inmediata para su infraestructura de IA, para ambientalistas y expertos en salud pública representa un grave riesgo para la población local y el medio ambiente.