Los códigos QR se han convertido en una herramienta común para acceder a menús digitales, información de servicios o promociones, gracias a la rapidez y facilidad que ofrecen al escanearlos con la cámara de un teléfono móvil.
Sin embargo, su popularidad también ha abierto la puerta a riesgos cibernéticos.
De acuerdo con expertos en ciberseguridad, esta tecnología puede ser utilizada por delincuentes para dirigir a las víctimas a páginas fraudulentas, instalar malware, robar datos personales, claves bancarias o incluso tomar control de un dispositivo.
En algunos casos, los atacantes exigen un “rescate” para devolver el acceso al usuario.
El FBI y autoridades como el Condado de Los Ángeles han alertado que los códigos QR falsificados pueden lucir muy similares a los legítimos, por lo que recomiendan tomar precauciones antes de escanearlos.
Entre las señales de alerta para identificar si un código es malicioso se encuentran:
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Diseño incompleto o ilegible.
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Vista previa sospechosa: siempre debe comenzar con “https://” y mostrar el ícono de candado.
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Ausencia de marca o logotipos dudosos.
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URLs cortas o acortadas, que pueden ocultar direcciones peligrosas.
Los especialistas sugieren no escanear códigos QR recibidos por correos electrónicos, mensajes o enlaces de procedencia desconocida, y verificar siempre que provengan de fuentes confiables.
Aunque son una herramienta práctica y ecológica, usarlos con precaución es clave para evitar fraudes y proteger la información personal.