La inteligencia artificial (IA) está transformando la manera en que se fijan los precios en distintos sectores, desde aerolíneas y hoteles hasta conciertos y comercio electrónico.
Lo que antes era una mezcla de economía, marketing y análisis de mercado, ahora se apoya en algoritmos capaces de calcular tarifas personalizadas en tiempo real para cada consumidor.
Un ejemplo clave es Delta Air Lines, que anunció el uso de IA para establecer tarifas a medida para cada pasajero. Actualmente, el 3% de sus precios se calculan de esta forma, con la meta de alcanzar el 20% a finales de 2025.
El sistema, desarrollado con la startup israelí Fetcherr, analiza factores como demanda, comportamiento de compra, competencia y disponibilidad para ofrecer un precio único para cada persona y momento.
Esta tendencia no es exclusiva del sector aéreo.
La industria hotelera ajusta tarifas según ocupación, eventos locales o clima; las entradas a conciertos y eventos deportivos ya usan precios dinámicos, como en el caso del reencuentro de Oasis, donde el valor se disparó de 130 a 500 euros en minutos; y gigantes como Amazon modifican los precios de sus productos varias veces al día mediante IA.
Según estimaciones, para 2025 el 70% del sector minorista utilizará esta tecnología para optimizar precios y promociones en tiempo real.
Si bien las empresas destacan beneficios como un aumento de márgenes entre 5% y 15%, la personalización de precios genera preocupación.
Organizaciones como Consumer Watchdog advierten sobre riesgos de discriminación y prácticas “depredadoras”, donde los clientes con mayores ingresos obtendrían mejores ofertas que quienes tienen menos recursos.
Además, se teme que datos como códigos postales puedan usarse indirectamente para segmentar precios por factores sensibles como etnia o nivel socioeconómico.
Especialistas como Matt Britton, autor de Generation AI, resumen el cambio así: “La era de los precios justos ha terminado; el precio que ves es el que el algoritmo cree que aceptarás”.
El reto ahora es encontrar un equilibrio entre maximizar los beneficios empresariales y proteger a los consumidores de posibles abusos en un mercado cada vez más controlado por la inteligencia artificial.