Aunque la tecnología 5G aún no ha mostrado todo su potencial, las principales potencias tecnológicas ya se están preparando para el próximo gran salto: la red 6G. Esta nueva generación promete revolucionar la conectividad móvil con velocidades hasta 50 veces mayores que la 5G, una latencia casi nula y la capacidad de conectar millones de dispositivos al mismo tiempo.
Según expertos, la 6G permitirá integrar tecnologías como la inteligencia artificial, la realidad aumentada, los gemelos digitales y los vehículos autónomos de forma más eficiente, abriendo la puerta a avances significativos en medicina, energía, transporte y ciudades inteligentes. Su potencial técnico incluye una velocidad teórica de hasta 1 terabit por segundo y una latencia de apenas 0.1 milisegundos, lo que facilitaría comunicaciones instantáneas y procesamiento de datos en tiempo real.
Uno de los desarrollos más ambiciosos asociados a la 6G es el uso de “gemelos digitales”, réplicas virtuales de personas, objetos o entornos que se actualizan constantemente. Esto permitiría desde simular operaciones médicas hasta monitorear fábricas a distancia, anticipando fallas y mejorando la eficiencia sin afectar la producción real.
Sin embargo, estos avances requieren una infraestructura compleja y costosa. La 6G usará frecuencias más altas, lo que obligará a instalar muchas más antenas para mantener una cobertura estable. Además, se espera que las redes satelitales, especialmente los satélites de órbita baja (LEO), jueguen un papel clave. Esto supondría lanzar más de 200,000 satélites en la próxima década, frente a los 10,000 actuales, lo que implica enormes inversiones y posibles riesgos ambientales como el aumento de la basura espacial.
En el plano geopolítico, China lidera la carrera tecnológica con más de 6,000 patentes relacionadas con la 6G y fue el primer país en lanzar un satélite experimental para estas redes. Estados Unidos sigue en segundo lugar con menos de 4,000 patentes y una alianza entre empresas como Apple y Google. Corea del Sur, Japón y Europa avanzan a menor ritmo, aunque con proyectos relevantes liderados por Nokia y otros gigantes tecnológicos.
No obstante, el entusiasmo no es unánime. En Europa y Estados Unidos, el despliegue incompleto y decepcionante de la 5G ha generado escepticismo sobre la 6G. Muchas de las promesas actuales —como ciudades inteligentes y autos sin conductor— ya se anunciaban con la 5G, pero siguen sin materializarse plenamente debido a limitaciones técnicas e infraestructurales.
Así, aunque el futuro de la 6G parece prometedor, aún hay un largo camino por recorrer. Las inversiones necesarias, los desafíos técnicos y la lenta adopción de la generación anterior generan dudas sobre si realmente estamos listos para este nuevo salto tecnológico.
¿Crees que la 6G llegará a tiempo para cambiar nuestra vida diaria, o repetirá la historia de la 5G?