Los ciberataques contra usuarios y bancos en México van en aumento, impulsados por la falta de leyes severas contra el cibercrimen en América Latina, lo que permite a los delincuentes operar con relativa impunidad. Así lo advierten expertos en seguridad informática, como Fabio Assolini, director de Investigación y Análisis para América Latina en Kaspersky.
Según Assolini, mientras los bancos refuerzan sus sistemas con tecnologías de detección, protección y autenticación, los cibercriminales continúan innovando, buscando vulnerabilidades para cometer fraudes.
Amenazas sofisticadas a instituciones financieras
Las instituciones financieras enfrentan ataques más complejos que los usuarios individuales. Un ejemplo es el Grupo Lázaro, una organización cibercriminal activa desde 2016 que, tras atacar la red Swift para transferencias internacionales, ahora se enfoca en empresas de criptomonedas y ataques a la cadena de suministro mediante software de terceros utilizado por los bancos.
Aunque la cooperación internacional ha permitido capturar a algunos criminales —como ocurrió con el caso Grandoreiro gracias a la intervención de Interpol—, la operación transnacional de estos grupos dificulta su persecución y castigo.
Usuarios bajo riesgo constante
En el caso de los usuarios, las técnicas más comunes incluyen:
Troyanos bancarios: software malicioso que roba credenciales bancarias.
Ingeniería social: correos, llamadas o mensajes falsos que buscan engañar con urgencia o miedo.
Anuncios fraudulentos: campañas en Google o redes sociales que dirigen a sitios falsos.
Uno de los casos más recientes es la variante mexicana del troyano Grandoreiro, que en 2024 se adaptó específicamente para atacar a clientes de 30 bancos en el país, utilizando señuelos como el CFDI para hacerse pasar por comunicaciones oficiales.
Débil legislación, incentivo para el delito
El bajo nivel de castigo en la región es una de las principales causas del crecimiento del cibercrimen. A diferencia de Estados Unidos, donde clonar tarjetas puede costar décadas en prisión, en México las penas son mínimas. "Esto alienta a jóvenes con conocimientos técnicos a entrar al mundo del delito", afirmó Assolini.
Recomendaciones clave para protegerse
Para reducir el riesgo, Assolini sugiere:
Bancos: adoptar inteligencia de amenazas y supervisar software de proveedores.
Usuarios: evitar enlaces sospechosos, usar antivirus, autenticación y apps oficiales.
Empresas: usar equipos dedicados a transacciones bancarias y capacitar al personal para detectar fraudes.
En un entorno digital cada vez más vulnerable, tanto instituciones como usuarios deben mantenerse informados y protegidos. La tecnología avanza, pero también lo hacen los cibercriminales.