A más de dos años de anunciar su separación de Erik Rubín, con quien compartió más de dos décadas de matrimonio y dos hijas, Andrea Legarreta reveló que atravesó una de las etapas más difíciles de su vida.
Aunque en televisión siempre se mostró fuerte y sonriente, confesó que en privado enfrentó una profunda crisis emocional que afectó su autoestima.
En conversación con el escritor Johnny Abraham para el pódcast Conquista tu mundo, la conductora del programa Hoy recordó que, tras la ruptura, llegó a sentirse poco atractiva y con temor al futuro:
“Me estoy separando a los 50 años, ¿qué va a ser de mí? Me sentía destrozada, como que quizás nadie más se iba a fijar en mí… cuesta”.
Legarreta explicó que, a pesar de su tristeza, debía mantener una imagen positiva frente a las cámaras y al público. “A veces tienes un dolor físico o una tristeza profunda y tienes que salir a sonreír. Me maquillaba y se me corría otra vez el maquillaje… y así”.
La conductora señaló que recuperar el amor propio y retomar hábitos saludables fueron clave para su sanación. Volvió a hacer ejercicio, actividad que, asegura, le ayudó a mejorar su estado de ánimo y a reconectar consigo misma:
“El 50 es un número, no soy yo. Soy mucho más que mi edad”.
Con el tiempo, comenzó a recuperar su seguridad y a percibir cambios positivos en su entorno. “De pronto empecé a ver que sí había otros ojos puestos en mí, pero más allá de eso, tiene que ver conmigo, no con ellos”.
Andrea Legarreta concluyó que superar una ruptura es posible cuando se cultiva el amor propio y se deja atrás el miedo a lo desconocido, recordando que sanar es un proceso que comienza desde adentro.