La canción Señora, Señora, interpretada por millones cada 10 de mayo en México y en otras partes del mundo, es uno de los himnos más representativos para celebrar el Día de las Madres.
Sin embargo, pocos conocían hasta ahora la historia detrás de su creación, la cual fue revelada por su autora, Denisse de Kalafe, en una reciente entrevista con la periodista Matilde Obregón.
La cantautora brasileña compartió que la inspiración para Señora, Señora nació de una conversación telefónica con su madre, quien la alentó a seguir sus propios caminos y decisiones. Ese momento, cargado de emociones y complicidad, desencadenó en Denisse un impulso creativo tan fuerte que, al colgar, se dirigió directamente al piano.
Fue entonces cuando comenzó a componer la canción de manera espontánea, casi como si le dictaran las palabras al oído.
“El tema me llegó completo. Fue como si algo divino me estuviera susurrando la letra”, explicó.
Sin tener papel a la mano, improvisó escribiéndola en una bolsa de pan que encontró en casa, utilizando un lápiz que tenía a la vista. Así nació una de las composiciones más entrañables de la música en español.
En ese momento, Denisse no pensaba incluir la canción en su carrera profesional. La veía como algo muy personal, escrito desde el corazón para su madre, por lo que la guardó. Sin embargo, durante la producción de un nuevo disco, el productor le pidió más temas para completar el álbum. Fue entonces cuando su representante sugirió que mostrara esa canción íntima, que hasta ese momento había sido un secreto.
“Yo era compositora de amor y desamor. Canté Señora, Señora y el productor rompió en llanto. Me reclamó por no haberla mostrado antes. La grabamos como relleno”, recordó.
Irónicamente, esa canción “de relleno” se convirtió en su mayor éxito y en un clásico imperecedero del Día de las Madres.
Hoy en día, Señora, Señora cuenta con millones de reproducciones en plataformas como YouTube y Spotify, y ha sido versionada incontables veces. Su letra emotiva y su melodía conmovedora han tocado generaciones, convirtiéndola en una pieza infaltable en cada celebración del 10 de mayo.
Con esta revelación, Denisse de Kalafe no solo ofrece una anécdota íntima, sino que también recuerda cómo las canciones más sinceras y personales pueden trascender lo privado para convertirse en parte del alma colectiva de una sociedad.