El recurso de inconformidad fue presentado por el “Frente Nacional Patria para Todas y Todos”, al alegar violación a sus derechos políticos; el propio senador Carlos Sotelo García estuvo de visita recientemente en Morelos y daba cuenta de estos hechos.

Antes surgió la expresión Alternativa Democrática Morelense (ADM), lo que a 15 días del cambio planeado y pactado de la dirigencia evidenció una fractura entre la militancia.

El propio presidente del PRD en Morelos, Juan Ángel Flores Bustamante, aseguró que su trabajo será “hasta el último minuto por mantener la unidad, con la finalidad de llegar fortalecidos a los comicios del año que entra”. En esa misma declaración lamentó que no se hayan respetado los acuerdos en los que se determinó que habría un candidato de unidad para conducir al partido del sol azteca.

Para ese momento, solamente se advertía que el nuevo candidato, que seguramente presentaría esta nueva corriente, tendría que competir con el que ya estaba, y el diez de septiembre, en una elección tranquila, se elegiría al nuevo presidente del PRD.

“En la democracia no se imponen las cosas”, dijo el presidente Flores Bustamante al hacer un llamado a los militantes perredistas a evitar las denostaciones y pidió que se trabaje en unidad para lograr recuperar los espacios que se perdieron en las elecciones de 2009, en las que el PRD ganó sólo tres Ayuntamientos.

Pues en sus propias palabras llevó la penitencia. En efecto, el Tribunal Electoral Federal dejó en claro que en la democracia no se imponen las cosas y con su determinación obligó al Comité Directivo Estatal a cancelar las elecciones de dirigente y secretario estatal programadas para el próximo diez de septiembre. Los elegidos en corto, en acuerdo de cúpula, Fernando Pacheco Godínez y Javier Orihuela Trejo, deben seguir atónitos.

Y no gratuitamente llegó el golpe; el propio Pacheco Godínez, en rueda de prensa el pasado 11 de agosto, se autodenominó dirigente electo por la mayoría perredista al advertir que independientemente del proceso electivo de septiembre él ya contaba con el apoyo de la mayoría de la militancia del sol azteca.

Ahora la orden judicial obliga al PRD Morelos a convocar a las bases a una elección abierta lo antes posible para renovar los comités seccionales, municipales y el Consejo Estatal.

“La determinación obliga –según detalla Flores Bustamante- a la organización de 907 elecciones para renovar comités seccionales”. Reconoce que podrían ocasionarse confrontaciones al interior del partido, sobre todo cuando en octubre tendrán que convocar a elección de candidatos rumbo al proceso electoral 2012. Prácticamente el partido deberá renovar sus órganos partidistas en un mes.

A pesar de todo, se buscará el apoyo de la militancia y sobre todo los recursos económicos para impulsar este proceso “originado por integrantes de algunas corrientes del partido que no estuvieron de acuerdo con la elección de dirigente nacional en mayo pasado”.

La enseñanza es contundente: la militancia perredista no acepta acuerdos de cúpula que normalmente vulneran derechos individuales. En este caso, la autoridad electoral fue clara y precisa en su decisión; pero más allá del conflicto y dificultad en el que está ahora metido el PRD, deja claro que la democracia no solamente es un discurso o debe ser atendida en las contiendas constitucionales.

Los partidor políticos, todos, deben resguardar esa garantía y más para sus militantes. Todo apuntaba para una renovación “light”, para un entendimiento entre liderazgos que había dejado al margen a otros muchos actores que creen tener oportunidad; el derecho, está claro, lo tienen salvaguardado.

Para Fernando Pacheco Godínez, será una carrera desde cero; tendrá que estar muy atento a la organización de las elecciones seccionales, a los espacios municipales para saber si después de realizadas, cuenta todavía con la mayoría de los votos del Consejo del PRD. De lograr la presidencia de ese partido político, después de esta etapa, logrará además el respeto y la legitimación; de otra forma, habría llegado sí bajo el factor y la cantaleta de la “unidad” pero no de la Democracia.

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