Durante más de 360 millones de años, los fósiles de Ohio han guardado el misterio de Dunkleosteus terrelli, un coloso marino de más de cuatro metros de largo, con una cabeza y parte del cuerpo recubiertos de armadura ósea y mandíbulas con cuchillas capaces de partir a sus presas en dos.
Este depredador dominó los océanos del Devónico, mucho antes de que existieran los tiburones modernos.
Un nuevo estudio publicado en The Anatomical Record revela que Dunkleosteus era aún más singular de lo que se pensaba.
Investigadores internacionales, liderados por el biólogo Russell Engelman, analizaron los fósiles mejor conservados del Museo de Historia Natural de Cleveland, que alberga la colección más completa de este gigante gracias al "Cleveland Shale", una antigua capa de roca marina.
Los hallazgos muestran que, aunque se consideraba representativo de los artródiros —peces acorazados extintos—, Dunkleosteus desarrolló cuchillas óseas únicas en lugar de dientes verdaderos, una estrategia adaptada para arrancar grandes trozos de carne.

Nueva reconstrucción anatómica de la musculatura (derecha) y estructura mandibular general de Dunkleosteus terrelli (centro), en comparación con un artródiro típico (izquierda). Fuente: Russell Engelman / Case Western Reserve University
Además, cerca de la mitad de su cráneo estaba formado por cartílago, lo que cambia radicalmente la comprensión de su anatomía y fuerza de mordida.
Los científicos también identificaron un canal óseo que alojaba un músculo mandibular similar al de tiburones y rayas actuales, mostrando una convergencia evolutiva sorprendente entre especies muy distantes.
Su cráneo y cuello funcionaban como un sistema coordinado, permitiéndole abrir y cerrar la boca con gran fuerza y precisión. Por ello, la idea de que se alimentaba por succión parece poco probable; su alimentación estaba basada en cortar y ejercer presión directa sobre sus presas.
El estudio no solo redefine a Dunkleosteus, sino que también revela que los artródiros eran un grupo mucho más diverso de lo que se creía, con diferentes estrategias de alimentación.
Esto evidencia que los mares del Devónico eran escenarios de intensa competencia entre superdepredadores, con Dunkleosteus en la cima de la cadena alimentaria.
A pesar de ser uno de los fósiles más conocidos, Dunkleosteus todavía guarda secretos sobre su fisiología y evolución.
Gracias a esta investigación, los científicos pueden ahora reconstruir su anatomía con mayor precisión y replantear la historia de los peces prehistóricos.
