Un nuevo estudio presentado por la Administración Meteorológica de China y divulgado por la cadena estatal CCTV reveló que la Antártida ha experimentado un aumento de temperatura de 0,12 °C por década en los últimos 40 años.
Este calentamiento sostenido, aunque parece leve, tiene implicaciones graves para el planeta, según advierten los expertos.
El informe, elaborado a partir de datos recientes y comparado con información climática reconocida a nivel internacional, señala que el aumento de temperatura se concentra principalmente en la península Antártica y en el centro del este del continente.
Esta región, considerada como un "condensador del aire acondicionado" del planeta por su función reguladora del clima, está siendo alterada por el calentamiento del Océano Austral, un fenómeno en gran parte impulsado por la actividad humana.
Los científicos destacan que este incremento térmico acelera el derretimiento de plataformas de hielo, la pérdida de masa glaciar y la subida del nivel del mar, lo que podría intensificar eventos climáticos extremos en distintas partes del mundo.
Además, se prevé que estas transformaciones impacten directamente en los patrones de circulación atmosférica global y la biodiversidad de la región antártica.
Ding Minghu, director del Instituto de Cambio Global y Meteorología Polar de la Academia China de Ciencias Meteorológicas, advirtió que, aunque existen efectos secundarios menores que podrían considerarse beneficiosos, los impactos negativos del calentamiento superan ampliamente los positivos.
El estudio también resalta las dificultades para monitorear de forma precisa el clima antártico debido a la limitada cantidad de estaciones meteorológicas, las cuales se encuentran principalmente en las costas. Esto complica la obtención de datos representativos del interior del continente, una zona clave para entender su evolución climática.
A corto plazo, los expertos han observado cambios en la fauna y flora local, mientras que a largo plazo alertan de un posible derretimiento masivo que podría agravar de forma significativa la crisis climática global.