Así lo denunciaron los representantes de las nueve mayordomías, al hacer pública su preocupación por la tranquilidad del pueblo, luego de las amenazas que –afirmaron- han recibido por parte de representantes de la Diócesis de Cuernavaca.
En entrevista, la representante jurídica de la comunidad, Mahelet Enríquez Sánchez, explicó que tras años de conflicto, en febrero pasado se realizó un convenio para transparentar el uso de los recursos de la feria.
En ese documento, todos los involucrados, los mayordomos, los integrantes del Comité del Santuario y los representantes de los gobiernos estatal y federal, así como de la Diócesis de Cuernavaca, acordaron que la repartición de los recursos que se obtienen en el templo sería de 50 por ciento para la Iglesia y 50 por ciento para la restauración del santuario dedicado a Jesús Nazareno, “El Señor de Tepalcingo”.
A pesar de ello, el pasado domingo, la Iglesia desconoció el acuerdo y prácticamente vetó a la comunidad, enviando una circular a todas la parroquias para advertir que ningún sacerdote puede acudir a Tepalcingo a celebrar misa; y que las monjas no pueden vender hostias, narró la abogada.
Incluso, a la gente de Atotonilco se le azuza para volverse en contra de sus vecinos, propiciando un ambiente de hostilidad, dijo.
En eso coincidió Francisco Tenango, quien denunció agresiones de varias personas en la pasada “Marcha de la Paz”, donde fue amenazado de linchamiento.
“Hago responsable totalmente al obispo de lo que pase en Tepalcingo porque se supone que hicimos un acuerdo y somos gente de palabra. No necesitábamos un escrito, sin embargo, lo firmamos y allá está la firma de los mayordomos y de su representante, pero no respetaron el acuerdo”, expresó Mahelet Enríquez Sánchez.
Agregó que la gente está esperando, ya que lo único que quiere son los sacramentos y la liturgia, y reprochó que el tema para la iglesia sea económico. Así lo avalaron los nueve mayordomos.
Esteban Castañeda, secretario del Comité, criticó que el obispo Ramón Castro y Castro esté utilizando el tema de la inseguridad hacia los párrocos para negarles los sacramentos.
“Los padres que están en Tepalcingo los hemos atendido, les hemos brindado las facilidades… No hay nada de cierto que diga el obispo que están en peligro”.
La falta de párrocos, y el sabotaje que hace el obispo para negarles las misas, la comunión, todo servicio, y trasladar la sede a Atotonilco genera un descontento social que tiene angustiada a la comunidad, dijo.
Osvaldo Blanco lamentó que los habitantes de Tepalcingo hayan sido “timados” por el obispo Ramón Castro, quien rompió el convenio al no estar dispuesto a que la mitad de los recursos se destinen a la restauración del templo.
En este contexto, María Antonia Zaragoza Torres, nacida y criada en Tepalcingo, reiteró que como comunidad buscarán que la feria transcurra en tranquilidad y llamó a los feligreses a acudir al santuario, ya que este permanecerá abierto.
“A los feligreses: ‘Lleguen, ahí los vamos a recibir con los brazos abiertos’. Y señor obispo, ‘Ablándese tantito, porque esto ya rebasó el límite. Nos está destruyendo, nos está dividiendo’ ”, advirtió.