Y acompañé el mensaje con el siguiente análisis: “Mientras el ‘Cuau’ sigue ausente de la capital morelense, la relación entre su principal operador político, el exdiputado local del PSD Roberto Yáñez Moreno, y los regidores también electos, se polariza conforme transcurren el tiempo y el desinterés del ex futbolista por cumplir su ya de por sí complicada responsabilidad”. Añadí la lista de futuros concejales municipales que no desean seguir tratando con Yáñez Moreno: Rafael Domínguez (PRD), Teresa Pardilla (PRD), Grethel Streber (PES), Jorge Dada (MC), Amelia Fernández (PSD), Eugenia Guadarrama (PSD), Laura Herman (PVEM), José Luis Serrano (PVEM) y Karla Jaramillo (PRI). Son los regidores que han conformado un bloque opositor a Yáñez Moreno y pugnan por tomar acuerdos solamente con Cuauhtémoc Blanco Bravo. Con el ex seleccionado nacional solo jalan, hasta ahora, Eduardo Bordonave Zamora (PSD), Pedro Ramón Linares (PSD), Jorge Pallares Morales (PAN), Modesta Ruiz Santos (PAN), Gudelia Colín Moreno (PRI) y Arturo Aldaco Herrera (Morena). Y Denise Arizmendi, como síndico municipal electa, también es incondicional del “Cuau”. Sigue la línea que le trace Yáñez Moreno.
2.- Como réplica del virtual secretario general del Ayuntamiento 2016-2018 recibí el siguiente tuit: “Desconozco en qué sentido se ha tensado la relación, pues aún no empiezan los cabildos, saludos”. Y a ese tuit respondí con el siguiente texto: “En la única reunión donde estuvieron los 15 regidores, más la síndico y el alcalde electo se acordó dar a conocer (en un siguiente encuentro) el Plan de Gobierno, lo cual no ha sucedido. No se han llevado a cabo los trabajos previos de análisis o discusión de ese proyecto de administración municipal. Asimismo, los nombramientos de quienes integraron las comisiones de enlace para el proceso de entrega-recepción con la administración todavía presidida por Jorge Morales Barud se asignaron sin tomar en cuenta a ninguno de los miembros del futuro Cabildo”.
3.- Agregué: “La incertidumbre o tensión se agudizó al no haber acuerdos previos con respecto a las dependencias municipales, su integración y la designación de sus titulares”. Es decir: la parálisis total, según la visión de quienes han sido relegados para las decisiones importantes. Algo que exacerbó los ánimos del bloque opositor a los hermanos Roberto y Julio Yáñez Moreno (diputado del PSD en la LIII legislatura local) fue que ambos pretendieron, a través de la síndico electa, citar a todos los regidores, uno por uno, con el pretexto de que ya tenían consensuada una serie de acuerdos para la distribución de comisiones, solicitándoles su firma. Sin embargo, los concejales se percataron sobre la inexistencia de esos acuerdos y por lo tanto los rechazaron. Simple y sencillamente no firmaron nada, porque percibieron la falta de seriedad de los convocantes y la evidente intención de aplicar el antiguo adagio mexicano de “divide y vencerás”. Y fue así como fracaso un reciente encuentro convocado por Roberto Yáñez Moreno en el restaurante “100% Natural” de la avenida Diana, en Cuernavaca, sin que se hubiese presentado la mayoría de regidores, incluidos entre los ausentes varios que en su momento simpatizaron con el PSD. Posteriormente trascendería que ya no desean seguir tratando con el ex diputado local pesedista, sino con Cuauhtémoc Blanco Bravo, quien se apresta a iniciar una nueva faceta en su vida: la de encabezar el gobierno municipal de Cuernavaca sin identificar de manera personal a cualquier número de actores de la vida pública local. A ver.
4.- La confirmación de Cuauhtémoc Blanco como alcalde electo de Cuernavaca, si es que así lo decide el ex futbolista, debería destrabar el trabajo de las comisiones de entrega recepción del ayuntamiento y también la solicitud de refinanciamiento hecha por el edil en funciones, Jorge Morales Barud, quien quince días atrás fue llamado a comparecer ante la Comisión de Hacienda –presidida por el panista Alberto Mojica- para defender sus argumentos relativos al beneficio que esta acción traería no tanto para la administración municipal, la cual vería aliviados sus apuros económicos, sino particularmente para los ciudadanos que han vivido tres años con deficiencias e insuficiencias en varios e importantes servicios públicos, como el alumbrado, el mantenimiento de parques y jardines y la rehabilitación de calles. Es destacable que en este tema hay acuerdo entre los alcaldes en funciones y electo, pues al primero parece urgirle entregar la estafeta para irse a brillar a escenarios nacionales –dicen- y el segundo lo considera como un buen administrador que logró mantener la ciudad en operación a pesar de su crisis financiera, aún inconclusa.
5.- El llamado del presidente Enrique Peña Nieto para que los alcaldes “no naden de a muertito” en cuanto a su responsabilidad en el otorgamiento de la seguridad pública llega oportuno a Morelos cuando los 33 municipios se preparan para renovar sus ayuntamientos. La seguridad pública, o la inseguridad y el auge que parece tener la delincuencia, es quizás el tema de mayor preocupación para los morelenses y es el que está provocando el principal desencuentro entre el gobierno estatal, que apuesta al modelo policial de Mando Único, y los gobiernos municipales en ciernes que lo rechazan, lo cuestionan o lo condicionan. El gobernador Graco Ramírez y el confirmado alcalde electo capitalino, Cuauhtémoc Blanco –o sus voceros- son las figuras principales en una pugna que está en el centro de la atención de la opinión pública estatal, y en la que ambos parecen tener como preocupación la seguridad ciudadana, aunque por momentos da la impresión de que ésta pretende ser usada más bien como moneda de cambio. Otros alcaldes están cómodos con que sea el gobierno de la entidad quien asuma toda la responsabilidad de la seguridad pública, y para ellos el llamado presidencial cae como anillo al dedo: no deben olvidar que son los primeros responsables de garantizar la integridad física y patrimonial de la población.
6.- Los puentes vacacionales siempre refrescan la memoria sobre la incapacidad oficial para controlar el servicio de transporte de pasajeros, tanto con itinerario fijo como de taxi. Las rutas cobran tarifas que fácil se pueden conocer y lo mismo las aplican a propios que a extraños, pero los taxis hincan el diente con alegría entre los forasteros durante los fines de semana largos como éste, y con facilidad saben quién es ajeno a la ciudad al momento de abordar o por el lugar donde lo hace, por eso a las afueras de las terminales de autobuses se da una fiera pelea entre los taxistas por el pasaje, por eso los permisionarios han pagado grandes sumas por tener sitios afuera de los Pullman, la Estrella Roja, Blanca o de Oro. Y no parece haber interés de la Secretaría de Movilidad y Transporte por poner orden entre los prestadores de servicios. ¿O usted qué opina, amable lector?