Las horas previas y las de este día serán de luto, de dolor y sufrimiento para la ex candidata al gobierno de Morelos; para su hija del mismo nombre, diputada electa federal; para todos los integrantes de su familia, amigos, seguidores y muchos más que empatan en su lucha. Los días que vienen serán de reclamo ante la inseguridad e impunidad que prevalecen en la entidad.
Elvia Sánchez Cortés de 63 años de edad y su esposo Jerónimo Ariza Castrejón de 68 fueron asesinados en el interior de su domicilio en Axochiapan.
Aunque las versiones iniciales presumían un intento de robo de vehículo, a través de boletín oficial de la Procuraduría General de Justicia del Estado se informó que “en la recámara principal del domicilio fueron hallados los cuerpos de los finados..”; los detalles están por demás, y por respeto a los deudos no los transcribimos.
El secretario de Gobierno Óscar Sergio Hernández Benítez lamentó los hechos y e informó que tras su confirmación, el gobernador instruyó “la inmediata intervención de la Procuraduría General de Justicia para que lleve a cabo las indagatorias correspondientes y dar con los responsables de este lamentable acto”.
Maricela Sánchez Cortés, a pesar de ser una mujer que hace, vive y conoce de política, tras el proceso electoral reciente había mantenido la calma. Su parsimonia la entendíamos tras haber logrado que su hija, joven talentosa, asegurara una curul en la Cámara de Diputados que se sabe ahora coordinará Manlio Fabio Beltrones. Este golpe es además de doloroso, un detonante para esta luchadora que conoce y sabe hacer notar su presencia; en la mayoría de los casos, en la defensa de terceros. Ahora la han tocado.
Por supuesto que tenemos confianza en la Procuraduría; pero la serie de actos violentos y la lentitud en las investigaciones (estatales y federales) generará una presión especial sobre esas instancias. Corrió la noticia de la detención de un sospechoso, hasta el momento de la redacción de esta entrega, no se pudo confirmar la noticia.
A unos días de que concluya la administración de Felipe Calderón, los hechos violentos en México no dejan de sucederse; lo mismo en el Estado de México, que en Sonora, DF, Guerrero, Morelos y cualquier otra entidad. No hay rincón en el país que se salve de registrar hechos de esta naturaleza.
Muchos piden a gritos la culminación del sexenio; otros dudan de la política que han de emprender el siguiente Presidente de México y el próximo Gobernador de nuestra entidad. Sí hay esperanza, pero el miedo y la incertidumbre no desaparecerán con el simple cambio de poderes.
Al Aire
En lo personal, a las “maricelas”, nuestro fraterno abrazo.
Con ellas sentimos el profundo dolor de perder a alguien cercano y la impotencia de no poder tener certeza de que se haga justicia.