Primero en casa
El colega Francisco Rodríguez, la semana pasada analiza el caso de los compañeros Gabriel Baducco y Olga Wornat, ambos amenazados de muerte tras la publicación de un fragmento del libro –autoría de Wornat- sobre la relación del Presidente Felipe Calderón con pastores evangélicos que han sido privilegiados en la última etapa del sexenio.
Sobre la relación y consecuencias que para el país pueda tener esta revelación, no nos ocupamos; ese es el espíritu del documento editorial próximo a circular en el país. Nos motiva a escribir estas líneas la clara percepción –que empata con nuestro trabajo gremial- de la muy difícil situación por la que cruza el periodismo al arranque de las administraciones panistas en el gobierno federal. Aunque cierto sector de la prensa –explica el columnista Rodríguez- comenzó a cacarear –al arribo de Fox- que, ¡por fin! habían llegado las libertades de expresión, de prensa, de comunicación, la verdad es que jamás fuimos tan libres como cuando vivíamos encadenados –refiriéndose a los 70 años de hegemonía priista-.
“…el PAN –en el ámbito federal- no sólo se cerró ante la crítica, la combatió con censura, despidió a periodistas de diarios y estaciones de radio –ahora también de la televisión-, amenazas en contra de la seguridad de los afectados, auditorías fiscales, selectivos contratos de publicidad gubernamental y cierre de espacios”.
En el ámbito internacional
El controvertido fundador del sitio de revelación de información secreta gubernamental, y de oras muchas fuentes, WikiLeaks, Julian Assange, desde su refugio en la embajada de Ecuador en Londres, se dirigió al presidente de Estados Unidos para acabar con la “cacería de brujas” contra el cibersitio y pidió la liberación del soldado estadunidense Bradley Manning, encarcelado por filtrar secretos militares, a quien calificó como un "héroe" y "ejemplo para todos nosotros".
Denunció –desde un balcón de la residencia- que la policía británica intentó entrar el pasado miércoles en la sede diplomática, pero que desistió ante la presencia de sus seguidores y de la prensa. “…gracias a la presencia de la prensa el mundo estaba mirando".
Assange instruyó a su abogado –el también polémico ex juez español Baltazar Garzón- de comenzar “la batalla legal para conseguir el salvoconducto y se respeten sus derechos fundamentales, de su sitio WikiLeaks y de las personas vinculadas".
Julian Assange –afirmó el abogado- siempre ha luchado por la verdad y la justicia y ha defendido los derechos humanos y continuará haciéndolo para que los derechos de WikiLeaks y sus propios derechos y de los que están siendo investigados sean respetados”.
El caso del periodistas de origen australiano, acusado en Suecia por actos ilícitos de índole sexual tras las polémicas internacionales que han generado las publicaciones en el sitio cibernético, tiene que ser observado y como el propio Assange lo recalca, para que el mundo vea.
Al Aire
La problemática por la que el periodismo mexicano cruza, los recurrentes intentos en todo el mundo para limitar y mancillar la libertad de expresión, el derecho a la información, y los derechos que a todos nos otorga la Constitución, genera una obligatoria defensa individual y gremial.
No es necesario conocer a los compañeros que cruzan por momentos de dificultad tras ser amenazados, detenidos o asesinados, tampoco debe ser el objetivo que lo que sobre el tema cada uno aportemos llegue a sus oídos; lo verdaderamente importante es entender que cualquiera comunicador, en cualquier instante, ante cualquier comentario o denuncia, puede pasar de observador a víctima.
En el caso específico de Assange, de ser extraditado a Suiza y de ahí la posibilidad de ser entregado a Estados Unidos, las acusaciones en su contra –ante la retrógrada justicia norteamericana- podría alcanzar una condena de pena de muerte por haberse atrevido a informar al mundo.