La parálisis reciente en el Pleno de magistrados del Tribunal Superior de Justicia no debe pasar desapercibida. La inmovilidad de la asamblea es signo de los niveles de inmoralidad en la que pueden incurrir grupos con intereses mezquinos enraizados en la institución.
La actitud de grupos de magistrados es una muestra preocupante de la calidad de estándares éticos de juzgadores en el Poder Judicial del estado. Las sesiones para acatar el cambio de presidencia fueron “reventadas” con argumentos pueriles que avergüenzan a la sociedad morelense.
La limpieza en el Palacio de Justicia producto de la reforma judicial no garantizará magistrados con mayor estatura moral en 2027, pero sí será saludable la depuración de casos impresentables en el actual Pleno.