Una sociedad informada alimenta la vida democrática del país. El proceso electoral de ayer no convocó a la gente a las urnas como lo ideó la reforma judicial en vigor en la nación.
La participación es la condición esencial de la democracia, y lo debe ser también una población implicada en la vida política y en los asuntos de interés público, a partir del análisis, el examen y la deliberación crítica.
La elección judicial representa un hito en la historia nacional que llama a la reflexión sobre la responsabilidad ciudadana en la construcción de una dinámica colectiva enfocada en la mejoría como sociedad y en la generación de los cambios necesarios para enderezar los malos rumbos.