Zona Sur
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A un mes del 19-S, sin risas y sin apoyos

La madre del niño muerto en el centro de salud de Coatetelco asegura que ninguna autoridad se ha acercado para ofrecerle ayuda.

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Miacatlán.- A un mes del sismo, la madre de un menor que murió al derrumbarse una estructura de concreto en el centro de salud de la comunidad de Coatetelco, no ha recibido apoyo por parte de las autoridades, mucho menos se han acercado a ella tras el deceso.

Helena Rosales Helocadio, vecina de la calle 15 de Septiembre de la colonia Pedro Saavedra en la comunidad indígena de Coatetelco, relató que a un mes del temblor en el poblado seis personas perdieron la vida, entre ellas su hijo de 10 años de edad José Miguel Jiménez Rosales, al quedar bajo la plancha de concreto que era parte de un arco del centro de salud.

Helena, aquel 19 de septiembre, también resultó con lesiones en la cabeza, cuello y columna al ser golpeada por los escombros y hasta este día continúa usando un collarín.

El fatídico 19 de septiembre

A un costado de una mesa donde colocó una veladora, un vaso de agua, un pan y un plato con cereal, Helena relató aquel día que le dejó un vacío en su corazón.

“Ese día, mi niño y mi esposo tuvieron cita de Prospera en el centro de salud. Contamos con ese apoyo y ese día acudimos a la cita, íbamos los cuatro; mi niña de un mes y medio y yo los acompañábamos. Estábamos en el consultorio de la doctora Laura Inés cuando sentí que me empecé a mover; mi esposo preguntó si estaba temblando, y la doctora dijo que sí, que saliéramos. Ella salió primero, enseguida mi hijo José Miguel, yo con mi bebé en brazos y mi esposo detrás de mí. Caminábamos pero el mismo movimiento nos hacía retroceder y nos aventaba de un lado a otro. Llegamos al pasillo de entrada, ya no había nadie, sólo una enfermera que trataba de salir”, relató.

Cuando llegaban a la puerta de la entrada, prosiguió, la doctora dijo que se apuraran. “Mi niño venía a un lado de mí y mi esposo nos venía abrazando, pero no sé en qué momento se separó de mí, no sé si él mismo trató de avanzar más rápido o el mismo movimiento de la tierra lo aventó. La doctora lo quiso jalarlo pero la estructura cayó. Todo fue en cuestión de segundos”.

Aseguró que esa estructura no se tambaleó como el resto de las bardas que se movían, sino que se balanceó una vez hacia atrás, regresó y cayó inmediatamente donde estaba la demás gente que había salido del centro. “Me pasó rosando, me golpeó en la cabeza, me lastimé el cuello y tengo lesión en la columna vertebral; aún me cuesta trabajo moverme”.

El escombro “aplastó a mi hijo, a una dentista y a la doctora Laura que quedó arriba de la estructura, pero hubo varios lesionados más. La fachada del muro que cayó aplastó a mi hijo por completo, el concreto cayó de su cintura para arriba, su cabeza y sus brazos quedaron debajo de esa fachada, junto con la dentista. La doctora Laura quedó atrapa por los escombros, pero pudieron quitarle los pedazos de material, pero a mi hijo no se le podía quitar el muro, estaba muy pesado, y aunque mi esposo intentó levantarlo, no pudo porque estaba muy pesado”.

Helena Rosales explicó que seis personas murieron a consecuencia del derrumbe: las dos médicas y su hijo José Miguel; dos hombres más y un menor de edad que aún tenían signos vitales fueron trasladados por particulares al hospital, pero más tarde se confirmó su muerte.

El domingo siguiente al sismo (24 de septiembre), médicos brigadistas acudieron a su casa y la revisaron. “Tenía una herida en la cabeza que me tuvieron que suturar. Me dijeron que me tenían que hacer rayos x y pidieron una ambulancia para que me trasladaran al hospital de Tetecala, pero ahí no me lo hicieron porque me pedían mi documento del Seguro Popular y no lo tengo porque se quedó aquel día del sismo en el centro de salud. No quisieron hacerme los estudios, prácticamente me negaron el servicio médico por falta de mi documento del Seguro Popular”, citó.

Ante esta situación, “mi esposo decidió regresarme a la casa y posteriormente consiguió dinero para que me hicieran los estudios en particular, donde me confirmaron que tengo lesión en el cuello y la columna y tengo que ser valorada por un traumatólogo y determine si es necesario la intervención quirúrgica u otro tratamiento médico, pero a la fecha no me han atendido en el sector salud”, señaló.

Daños previos en el centro de salud

Helena aseguró que la caída de esa estructura comprueba que estaba mal construida, pero además las instalaciones ya presentaban daños desde el terremoto del siete de septiembre y ninguna autoridad atendió la notificación que realizó la doctora Laura Inés, directora del centro de salud.

“Tengo entendido que quedó dañado, con algunas cuarteaduras e incluso fue cerrado, pero a la doctora Laura le dieron la orden de que lo tenía que reabrir; el centro estaba cerrado. A mi bebé le tocaban vacunas en esas fechas y fui en dos ocasiones y comprobé que estaba cerrado. Ese día que pasó el sismo tenía una semana que lo habían abierto nuevamente, pero no había sido revisado”.

Por esta razón, buscará el apoyo legal para revisar el tema de la negligencia de las autoridades por el mal estado del centro de salud. “Sé que con actuar legalmente no me van a regresar a mi hijo, pero en caso de que se vuelva a construir esa fachada, que la hagan bien, considerando el riesgo de que pudiera tener, y no por ahorrarse un dinero, se haga mal y pongan en riesgo la vida de cualquier ciudadano”, dijo.

Después de la tragedia

José Miguel Jiménez Rosales tenía 10 años, estudiaba el sexto año de primaria en la Escuela “Felipe Ángeles” de la comunidad de Coatetelco, formaba parte de la banda de guerra del colegio y había participado en un concurso antes del movimiento telúrico. Ahora descansa en el panteón San Miguel Arcángel.

A un mes de la tragedia, la familia de Helena no ha recibido el respaldo de ninguna autoridad, más que el féretro para enterrar al pequeño, por parte del alcalde de Miacatlán. Para sufragar la mayor parte de los gastos funerarios y el novenario, el padre de José Miguel se encargó de conseguir el dinero, pese a que se encuentra desempleado. Helena actualmente no trabaja.

El camino al domicilio de esta familia es de difícil acceso, pues se ubica en una de las orillas de la comunidad; sin embargo, han acudido rescatistas y ciudadanos que llevan principalmente despensas.

En tanto, los trabajadores de los Servicios de Salud de Morelos acudieron a las instalaciones del centro de salud de la comunidad para retirar la reja de entrada y el escombro –que hasta hace unos días permanecía intacto en el lugar--, pero aún no hay fecha para que sea reabierto. En Coatetelco, el servicio médico se brinda a través de una unidad móvil.

 

 

 

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Nora Celia Domínguez

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