En el Partido de la Revolución Democrática (PRD) se ha impuesto, o mejor dicho cumplió con su promesa y demostró su peso Graco Ramírez Garrido Abreu, para ubicar en el primer lugar plurinominal al Senado de la república a su otrora enemigo Fidel Demédicis Hidalgo. Rabindranath Salazar todavía duda (tal vez por los compromisos asumidos con Raúl Iragorri y su cercanía con Andrés Manuel López Obrador) si acepta o no la segunda posición.
Se dice que hay tres finalistas en las negociaciones por la candidatura a la Presidencia Municipal de Cuernavaca por el PRI: Jorge Arizmendi, Jorge Morales y Jorge Meade. Cualquiera de ellos tiene amplia experiencia y sin lugar a dudas serán buenos competidores y si el voto les favorece, buenos gobernantes.
La gravedad del asunto radica en el divisionismo y radical postura que han asumido los precandidatos con sus grupos. Morales Barud víctima de severos ataques por su trabajo y cercanía a los círculos panistas; Jorge Arizmendi por deudas y demandas civiles por adeudos de arrendamiento, en específico por el gimnasio Beverly Hills; Jorge Meade en postura dura, muy a su estilo, sin permitir negociación alguna.
En el PRD las cosas son muy graves. Existe riesgo de que la coalición o trabajo de unidad entre partidos se venga abajo; Movimiento Ciudadano ante el maltrato ha advertido que podría competir por la libre y retirarle su respaldo al candidato de las izquierdas al gobierno estatal.
La resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación sobre la integración de su Consejo estatal, todavía tiene en incertidumbre a varios por la interpretación que dé la sentencia existe.
Falta todavía saber cuáles serán los resultados y la serie de reacciones que de ello se generen, una vez concluida la elección interna del Partido Acción Nacional para la definición de su candidato al gobierno en Morelos. En este instituto las cosas –por lo menos hacia el exterior- son más ordenadas y calmadas; no hay tanto alarde, sin embargo, dentro de sus muros, las facturas se cobran completitas. Una indisciplina se sanciona con el retiro de candidaturas, la congeladora en el sector o con la banca.
Nuestra democracia si bien es cierto ha avanzado y hoy es ejemplo internacional, cuenta con la confianza de países avanzados como Estados Unidos y es observada por quienes se interesan en el mundo; tiene imperfecciones que lastiman a la población: el gasto en ella es ofensivo ante la extrema pobreza que todavía padecemos, los espacios para la competencia están reservados para los afines y poderosos, los partidos políticos son financiados por el erario con cantidades multimillonarias, los institutos de reciente creación son negocios familiares o de grupo sin control, entre otros muchos vicios legalizados que nos maltratan a todos.
Marzo concluirá en medio de grandes distanciamientos ante la definición de las diversas candidaturas; en todos los partidos políticos los intereses son los mismos y los espacios en disputa no alcanzan para satisfacer a todos.
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