Cristian Montero Montero, director general de asuntos jurídicos y vinculación del Observatorio Penitenciario Nacional, destacó que no existe reinserción social y que la impunidad y la corrupción han hecho de las cárceles “centro de operación” de criminales.

“El panorama es triste. Yo creo que el sistema penitenciario nacional está en crisis, está enquistado por el crimen organizado, lo controla el crimen organizado. Y no nada más eso, no existe la voluntad política de cambiar el sistema penitenciario, no existe la reinserción social y nada más estamos generando criminales que cuestan muy caros”, dijo, al precisar que datos de la Organización de la Naciones Unidas señalan que el mantenimiento de cárceles al Estado Mexicano cuesta diariamente 300 millones de pesos.

Expresó que los penales siguen siendo instituciones formadoras de criminales, no sólo por falta de políticas públicas verdaderas en materia de reinserción social, sino porque el 80 por ciento de la población penitenciaria está bajo proceso penal o purga sentencias por delitos patrimoniales porque no tuvieron dinero para pagar sus fianzas, o porque simplemente fueron víctimas de abuso de autoridad.

“Para tapar una averiguación previa o para ponerle nombre a un delito de alto impacto, de que no encuentran realmente quien fue, y agarran al albañil, a una persona de escasos recursos o de muy baja educación para que paguen culpas ajenas”.

No obstante, destacó que lo más preocupante, es la influencia bajo la cual se encuentran los centros penitenciarios que no son controlados por las autoridades sino por los cárteles, que “han hecho de los centros penitenciarios centros de operación delincuencial, ahí se planean y organizan rutas de trasiego de drogas, secuestros y extorsiones”.

Señaló que con base en información de la Procuraduría General de la República y las procuraduría estatales, los penales de 21 estados son controlados por “Los Zetas” (uno de los grupos criminales más sangrientos) y el resto por otras organizaciones delictivas.

Y es que subrayó: “el sistema penitenciario se ha convertido en un motín ya muy planeado, ya muy tolerado, ya muy organizado, por parte de los gobiernos estatales saben perfectamente las cuotas mensuales, saben perfectamente lo que pasa en sus cárceles y de qué les sirve. De qué les sirve, mire, trafican toda clase de drogas, trafican privilegios, trafican alcohol, trafican cigarros, trabajan diversiones y eso les deja una utilidad”.

Agregó que además de la omisión y simulación en que incurren los gobiernos estatales que no asumen su responsabilidad en materia penitencia y reinserción social, pero tampoco el gobierno federal ha hecho lo suficiente.