En conferencia de prensa, señalaron que el problema no es la venta en sí, ni se oponen a que se oferte la tortilla de casa en casa, sino que quienes expenden de esta manera no cubren con las normas que garanticen que el producto sea de un kilo, que lleve etiqueta y proveedor, que esté debidamente cerrado; la calidad de la masa es menor (incluso se habló de que combinan la masa de harina con la de maíz), y en algunos municipios como es Puente de Ixtla (donde se originó esta práctica desde hace años), los repartidores han tenido que subir el precio entre 16 y 17 pesos; y todo esto, dijo Vidal Aranda, “en detrimento de los consumidores finales que son quienes compran este producto y están siendo engañados”.

Cuautla es el principal municipio que no ha querido atender al llamado de los industriales, apuntó el líder de los tortilleros en el estado, y al mismo tiempo señaló que en Yautepec, Zapata, Cuernavaca y Temixco poco se ha hecho, ya que son municipios en los que ha costado trabajo poder aplicar la normatividad.

Aún cuando esta demanda viene de años atrás y el CIMyT ha hecho pública la problemática que aqueja (la cual califican como una práctica desleal) la situación se sigue presentando en los diferentes municipios, y es la autoridad de estas localidades a quienes les compete normar esta actividad, respondió Vial Aranda, al lamentar que “muchos negocios familiares con importantes fuentes de empleo y que llevaban años con este giro, han tenido que cerrar, y por otro lado, “las ventas han disminuido hasta en un 20 por ciento”, lo cual finalizó: “ya es preocupante para el sector y se debe hacer algo al respecto, por eso el llamado que hacemos a través de los medios a las diferentes autoridades de los gobiernos municipales”.