Verónica es contadora pública y trabaja en una casa de materiales para la construcción.
Verónica Bustos Antúnez es contadora de profesión, pero desde hace dos años atiende un negocio de materiales de construcción, donde no sólo lleva la administración, sino que, de vez en cuando, es la responsable de cargar los bultos de cemento y trasladar carretillas de grava o arena para subirlos al camión.
Con ella también trabajan su tía María Bustos y su esposo, Armando Estrada, quien las capacitó para desempeñar esta actividad.
A lo largo de su vida ha trabajado en diferentes empresas en el área de contabilidad, pero en 2022 renunció porque había días en los que, por su trabajo, no tenía tiempo para estar con sus hijos.
Verónica es madre de una niña de 12 años de edad y un pequeño de nueve años. A ellos –refiere– los motiva para continuar sus estudios, pero en casa también les pide apoyar en las diferentes tareas, sin importar el género.
“Desde niñas siempre veíamos que mi tía, que es quien me crio, le ayudaba a mi tío a hacer revoltura para hacer una banqueta o a levantar un piso en casa y nos ponían a acarrear con cubetas pequeñas la arena y la grava. Eso me enseñaron, que no importa el género; al final es un trabajo que se hace con las manos y es lo que le digo a mis hijos: si se tiene que cocinar, se cocina, y si se tiene que hacer mezcla, se hace. No importa el género”.
Recordó que tenía alrededor de 12 años de edad cuando empezó a ayudar a su familia en las labores de la construcción.
Entrevistada desde su lugar de trabajo, comentó que también realiza trabajos de ayudante de electricidad y de plomería, así como pintura de paredes.
Si se requiere trasladar arena o grava en carretilla, Verónica realiza el trabajo.
Desde niña, Verónica aprendió a realizar diversos trabajos.