Juan trabaja en el transporte desde hace más de 20 años.

Desde hace más de dos décadas, Juan Rosales trabaja como operador del transporte público, una labor con la cual ha logrado solventar los gastos de su casa; sin embargo, lamentó que por este oficio se ha ausentado de fechas importantes en familia, como el cumpleaños de sus hijos.

“Ser chofer de transporte público es bonito, pero te pierdes de muchas fechas importantes con la familia, desde cumpleaños y hasta de ver el crecimiento de tus hijos”.

Dijo que por trabajar largas jornadas en la “ruta”, en su momento, recibió quejas de su esposa, quien cuestionaba que pasaba poco tiempo con la familia, por lo que decidió buscar un empleo formal, pero a los meses lo dejó, ya que recibía el pago mínimo y era insuficiente para solventar los gastos de su casa.

Como chofer del transporte público -indicó- trabaja de cinco de la mañana a nueve de la noche, pero afortunadamente al día reúne al menos 600 pesos libres de cuenta y combustible.

“En el transporte lidiamos con las personas mayores que traen su credencial del Inapam, con personas que están de mal humor, con el tráfico y hasta con el clima; todo eso se junta y a veces por eso la gente dice que estamos enojados, pero no se ponen en los zapatos de uno y nos juzgan mal porque no saben todo lo que vivimos aquí”.

Sin embargo, afirmó que seguirá al volante porque es a lo que se dedica desde hace más de 20 años y difícilmente encontraría otro trabajo.