Es la guerra por el poder y no en el estado, trasciende a lo nacional, y les decimos más abajo en que lo basamos. Visto así, en el cuadrilátero local están Martínez Garrigós y el gobernador Adame, con sus segundos y auxiliares (entiéndase cómo se entienda; ahí están, cada quien en su esquina), y por allá en las butacas uno que otro pleito entre simpatizantes de uno y otro bando. De ser así, les exigiríamos a ambos, como morelenses gobernados por ellos, mayor responsabilidad a sus tareas oficiales y menor empeño a sus desavenencias personales, partidistas o políticas.
Ésa es parte pero no lo esencial, porque ambos son rebasados en la Ciudad de México, centro auténtico de las fuerzas. Hay un mapa nacional que maneja seguramente uno de los cerebros presidenciales, morelense por cierto, que ha acompañado en su proyecto a Felipe Calderón, incluso sacrificando tiempo, dinero y esfuerzo para llegar al objetivo. Él es Rafael Gimenes Valdez (no ubicamos su segundo apellido; el primero es compuesto y viene de un hombre reconocido por el columnista, ex diputado local y regidor de esta capital, Rafael también), de los primeros encuestadores serios de este país. Hoy, dedicado a lo que sabe y a corroer estructuras rivales con posibilidades, como Cuernavaca y Morelos donde el partido en el gobierno no se ubica muy bien en las mediciones, pero en una programa bien estructurado, ampliamente respaldado material y económicamente con todos los accesos que deseen a través del uso de la llave presidencial. ¿Funcionarios de los tres niveles, instituciones, incluso corporaciones policiacas, impartidoras o administradoras de justicia se pueden negar a una petición que se haga a nombre del jefe del Ejecutivo, esté o no enterado?
Localmente a Martínez Garrigós le han dado verdaderas palizas mediáticas que las ha sobrellevado pese a lo que digan sus empeñosos golpeadores. De no ser así, hace tiempo que pide renuncia o lo corren. La realidad indica que ahí está, y en la práctica el legendario manejador de boxeo de los cinco mejores en la historia del arte de fistiana en el mundo, don Arturo “El Cuyo” Hernández, hizo una frase para los anecdotarios universales: “Tira golpes porque te paran la pelea”. La embestida la ha sorteado Garrigós, repetimos, porque de lo contrario Cuernavaca tendría al frente a otro responsable, y hablamos de 18 meses de ser la atención principal. Éste como otros espacios son parte de un programa nacional diseñado desde el poder federal para preservar el poder federal, y si se puede, el estatal en Morelos, punto fundamental de la aparente batahola, pero sería diseño de gente que sabe usar los medios de comunicación, subrayamos, desde el centro del poder mismo. Obviamente que la operación es hecha por profesionales; quienes se responsabilizan localmente son peones. Allá mandan, aquí les hacen creer que los escuchan. ¿Y por qué Garrigós, Cuernavaca, Morelos? Simple; la capital morelense se encuentra en los puntos rojos del PAN y sus gobiernos –incluido el federal, claro— caminan a partir de instrucciones que minen o destruyan por completo a sus rivales, sean empecinados o desafiantes como el de Cuernavaca, o tranquilos y hasta sumisos en otros lugares del país. Es la Lucha por el Poder. Qué más. Y es clarita: contra El Partido Revolucionario Institucional; porque con cualquiera de los demás se alían y se arreglan.
Ahora, los programas de campaña y contracampañas mediáticas, los hacen los profesionales en el “Blue War Room” en la Ciudad de México; si no, físicamente en Los Pinos, con órdenes desde ahí. Se juegan todo. Seguro que los gobiernos estatales pagan facturas de medios nacionales o locales pero dudamos que permitan salirse del esquema originalmente diseñado. Para acabar temprano: el pleito de Martínez Garrigós contra grupos o instituciones claramente a la vista, no es gratuito; forma parte de la Sucesión 2012, la presidencial y, claro, la local.
Si un encuestador profesional encabeza alguna sala del Cuarto de Guerra, es para ellos un tema fundamental, donde juegan su futuro inmediato, y lo que se atraviese a su paso lo van a tratar de vencer con La Llave Presidencial. Así que nos vamos a encontrar con campañas focalizadas sin razón muchas pero financieramente bien acompañadas. Lo que viene hay que colocarle una lupa: una letra, una palabra, una queja, una actuación de funcionarios con poder. No habrá casualidades; todo va a llevar su porcentaje, altísimo, de política y perversidad. Así que hay que decirlo hoy y en su momento.
Estos 18 meses el famoso “Blue War Room” ha actuado con cierta libertad, cuando menos en Cuernavaca, donde sólo han encontrado a un muchacho que no sólo los desafía sino que sigue su marcha con un número de obras que cuando la gente de Cuernavaca tenga chance de revisarlo, a muchos les cambiará la impresión. Bajo esta perspectiva, las herramientas, empresas y artificios de la campaña antiMMG carecen de razón de ser. El asunto está allá, desde donde contratan programas de televisión en horario caro, en canales estelares, en columnas influyentes, en la radio que se escucha. Claro, la mayor parte de facturas las pagan los gobiernos estatales, el de Morelos anotado en primer lugar, pero las decisiones se dan donde están los verdaderos estrategas. Esto, obviamente, es observado por las otras fuerzas que también están en el juego, sobremanera el PRI, enemigo a vencer de todos. Y como en la política nada es casualidad, saben que el priista Manuel Martínez Garrigós es “un blanco” que tienen desde el actual poder y lleva implícita la elección del 2012. Entonces vamos a concluir esta entrega como debiera iniciarse:
Humberto Moreira Valdez, presidente nacional del PRI, desde el viernes le hizo saber al alcalde de Cuernavaca que tenía un informe de la situación “y no estás solo, el CEN y tus compañeros estamos contigo y con Cuernavaca”. Así, su presencia en el templete del ungimiento del duranguense el viernes en Querétaro, justo detrás de él, es una señal que habrá de ponderar. Lo que venga será intenso, pero el muchacho que gobierna Cuernavaca desafiando al “Blue War Room” poderoso, a los gobiernos del PAN, la indiferencia de los propios compañeros de su partido, volvió de la tierra de la Constitución del 17 a concluir lo que ha sido un trabajo por una capital recuperada por el PRI luego de 12 años y que muchos, desde Los Pinos hasta Vista Hermosa pasando por avenidas, dependencias y fraccionamientos lujosos de Morelos, la quieren de regreso pero con el paquete completo: que completen su tercer sexenio en el poder local, ya sea solos o con inexplicables aliados.
De estilos parecidos (el coahuilense salía a cada rato a criticar al presidente Calderón y le llovía la metralla mediática oficial, que por norma respondía), Moreira subió con él a Garrigós. No decimos que va a ser el candidato, pero sí aseguramos que en los siguientes días, semanas y meses cambia el modelo de un político, empecinado, joven, acertado, errático, que soportó solo la muliza que le han aplicado, sin el amparo del PRI nacional. Moreira lo subió, quiso que lo vieran cerca de él y hablando de modelos de hacer política, hasta parecen hechos en la misma fragua. En ocasiones más vale una imagen que tres mil gritos. Ahí está. Que cada quien tome su lugar, porque “la fiesta va a continuar”.