Sociedad
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El huentle a los airecitos, en Coatetelco

TXT Chef Lynda C. Balderas
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La víspera del día de San Juan Bautista, en Coatetelco, Morelos, se realiza el huentle a los airecitos, un ritual de petición de lluvias que data de la época prehispánica y que se conserva hasta nuestros días. El huentle es una tradición que se realiza también en Xoxocotla y Cuentepec, comunidades que rodean la zona arqueológica de Xochicalco y que conservan todavía la lengua náhuatl además de sus tradiciones. La palabra huentle deriva de la palabra "huentli" que en lengua náhuatl significa ofrenda.

El día 23 de junio en Coatetelco, se ofrece a los airecitos esta ofrenda para que los airecitos manden el buen temporal y ayuden a los campesinos con sus cultivos para que tengan buenas cosechas.

Los airecitos son entidades pequeñas a las que llaman también “pilachichincles”, seres juguetones que transmiten las plegarias de los campesinos a los dioses del aire y del viento.

En Coatetelco se realizan dos tipos de huentle el día 23, uno se realiza por la mañana y es el que se ofrece a los airecitos y por la tarde se ofrenda el huentle al santo patrono del pueblo, San Juan Bautista, que antes se realizaba en la iglesia edificada en su honor, pero debido a las afectaciones del sismo del 19 de septiembre del 2017 ahora se realiza en la capilla abierta, donde se colocan 12 platos de mole verde en una mesa, uno para cada uno de los 12 apóstoles; se colocan tamales, pan, agua y chocolate. Hay otros huentles como el que se ofrece en día de muertos, y el que se ofrece a San Antonio y a Santo Domingo para pedir por la salud de un enfermo; para este huentle se ofrece la comida que le gusta al enfermo, y por último el huentle que se ofrece el día 23 de enero en honor a la Virgen de La Candelaria, que se realiza en una fecha distinta a la tradicional debido a que es en ese día cuando el pueblo recibe a la virgen como préstamo de otra iglesia de un municipio vecino.

Hablar del huentle es hablar también de la cocina ritual y su importancia para la comunidad. En la preparación del huentle participan tanto hombres como mujeres. Las mujeres son quienes preparan la comida y les llaman "comideras". Los hombres son los encargados de preparar la bebida que se ofrecerá, una especie de tepache elaborado con jugo de limón, alcohol de caña y piloncillo al que llaman "chopeli" que significa "bebida de los dioses". Ellos son los encargados también de tallar los palitos que decoran con estambres de colores como si fueran unas banderitas y que representan a los hombres y a las mujeres (con hilos más largos que representan el cabello). Se preparan 22 banderitas ya que son 22 huentles los que se ofrecerán.

Todo inicia desde el día 22 de junio, cuando van a recolectar las hojas de carrizo para los mini tamalitos nejos que se ofrecerán a los airecitos. Se preparan las banderitas y se pone el nixtamal, me comenta la señora María Bosques Quirino (quien este año ayudo a poner el nixtamal) que el nixtamal para los tamales nejos con los que se acostumbra acompañar el mole verde se prepara con ceniza y tequesquite, no se utiliza cal. Esto hace que se obtenga una masa pesada -distinta a la que reconocemos para la preparación de las tortillas- y los envuelven en hoja de la planta del maíz. Para el huentle se deben comprar cazuelitas de barro nuevas para ofrendar los alimentos y tener todo listo para las 22 ofrendas más la comida que se ofrecerá a los asistentes y los invitados. 

Desde muy temprano el día 23 de junio se empieza con la preparación del mole verde. El que se ofrece a los airecitos esta semi crudo y no lleva sal, según me explica Xiadani Mateos. Hay un punto en la cocción del mole que es cuando el color está verde brillante y desprende todo su aroma, ese es el punto exacto para retirarlo del fuego, antes que se termine de cocer y su color cambie a verde seco. 

Los hombres son los encargados de moler las pepitas de calabaza (previamente tostadas al comal) en las "formas", una especie de mortero que no es más que un pedazo de tronco de mezquite que se ha ido ahuecando para darle este uso. En algunas casas se han abierto a la modernidad y las pepitas las llevan a moler al molino para mayor rapidez.

El mole se prepara únicamente con caldo de pollo, no se utiliza ningún tipo de grasa, ni ajo ni cebolla. Y el pollo no se agrega al mole, sino que para servirlo a los invitados se sirve el pollo y se baña con el mole.

Para las ofrendas se prepara un tamal grande con hojas de totomoxtle (hojas secas de maíz) y se colocan en el interior los mini tamalitos con dos o tres piezas de pollo y se ponen a cocer.

Para ofrendar el huentle la comunidad se divide en dos grupos, un grupo visitará 10 parajes y ofrendara 10 huentles y el otro grupo visitará los 12 parajes del otro lado del pueblo y ofrendara los 12 huentles restantes.

La jornada da inicio cerca de las doce del día y concluye cerca de las 8:00 pm, justo para llegar al huentle de San Juan Bautista. A cada cuadrilla los acompaña un cohetero que va lanzando los cohetes y llevan un sahumerio con copal, el incienso de la tierra, ofrendando siempre a los cuatro elementos. Cada ofrenda se coloca en un lugar sagrado, una piedra. Estos lugares sagrados son dónde hay ojos de agua o donde hubo pozos de agua.

Es una larga caminata la del día 23, por lo que llevan consigo suficiente "chopeli" para aguantar el recorrido.

Muchas gracias al sitio de Facebook Cultura Coatetelco, a Fernando Soto, a Sarahí Palacios Silverio, a María Bosques Quirino y a Xiadani Mateos por las entrevistas y el material fotográfico para poder escribir este artículo y compartirlo con nuestros lectores.

 

 

 

 

 

 

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