En el séptimo punto del orden del día, el diputado priista Manuel Martínez Garrigós subió a la tribuna para presentar una iniciativa de reforma a la Ley Orgánica del Congreso local, cuando integrantes del movimiento “Yo Soy 132” empezaron con los abucheos y gritos en contra del legislador.

“Ratero, ratero, ratero, ratero, ratero”, gritaron los activistas que se encontraban en el salón de plenos. A pesar de los llamados de atención, por parte del presidente de la Mesa Directiva, para que guardaran silencio y permitieran a Manuel Martínez Garrigós continuar con la lectura de su propuesta, las consignas se intensificaban.

“Les debería dar vergüenza. Tú no representas a nadie, deberías de informar qué hiciste con el dinero de Cuernavaca”, siguieron los gritos.

Los manifestantes exigieron al diputado priista que aclarara el presunto desvío de recursos en el ayuntamiento de Cuernavaca y más de cinco veces impidieron que continuara hablando en tribuna.

La situación se complicó aún más, cuando un grupo de personas que apoyaban a Martínez Garrigós empezaron a gritar a los integrantes de “Yo Soy 132” que se callaran y el enfrentamiento verbal llegó a los insultos y por momentos a empujones.

La situación se tensó de tal forma, que la secretaria de la Mesa Directiva dio lectura al reglamento del Congreso local: “impidiendo el desarrollo normal de la sesión, podrán ser desalojados del recinto legislativo por disposición de la mesa directiva”. Se advirtió que suspenderían la sesión si los manifestantes no guardaban compostura.

Manuel Martínez Garrigós pudo concluir con la presentación de la iniciativa casi media hora después. Sin embargo, los gritos y ofensas hacia los legisladores continuaron durante toda la sesión y constantemente personas que se encontraban en el salón de plenos interrumpían a los oradores.

Cabe señalar que se dio a conocer que personas que provocaron el alboroto al interior del recinto legislativo fueron llevadas por el diputado Manuel Martínez Garrigós, quien se reunió en privado con perredistas, tras la agresión sufrida por activistas.