A un año del movimiento, que nació tras el homicidio del hijo del poeta, Juan Francisco Sicilia Ortega y seis personas más el 28 de marzo de 2011 perpetrado por el Cártel de Pacífico Sur; Martínez Cruz comenta que el movimiento comenzó desde tiempo atrás, y que se tuvieron puntos de quiebra no sólo por la ruptura de acuerdos, sino por la insistencia del movimiento en encausar su lucha exclusivamente en las víctimas del crimen organizado en los últimos seis años.

Tras expresar su desacuerdo con la propuesta del poeta, del “voto en blanco”, sostuvo que el mismo Sicilia canalizó sus discursos hacia los narcos, con la falta de ética de los delincuentes, y no insistió en la responsabilidad institucional de los crímenes.

“Nosotros sosteníamos que teníamos que ir a las causas de fondo, y que si bien había violencia criminal que había que investigar, también había responsabilidad del gobierno, que no está sancionando a quienes desde las instituciones estaban tolerando o participando en el trasiego de droga y los asesinatos”.

Además, el movimiento excluyó a las víctimas y organizaciones que históricamente han exigido el esclarecimiento de los crímenes del pasado, los feminicidios y los homicidios perpetrados por paramilitares, así como la liberación de presos políticos.

Dijo que el movimiento encabezado por el poeta llegó a su máximo quiebre no sólo por la exclusión de expresiones, sino porque en el afán de privilegiar el diálogo se incitó a la desmovilización y al final de cuentas fue el presidente de la república, quien terminó capitalizando el movimiento social, al legitimarse como el dialogante sin dejar de lado, en absoluto, la estrategia de seguridad nacional.

Además, la disminución del nivel de movilización por toda esta división tuvo consecuencias negativas, ya que muchos sectores de la sociedad planteaban que no “fuera justicia elitista, sino una justicia para todas y todos”.

Sostuvo que la sociedad en su conjunto tiene una deuda pendiente “en el sentido de no olvidar, de no dejar en el pasado todo lo que sigue pendiente, es algo que se tiene que asumir, pero además sería un error más si no incorporan todas estas luchas y reivindicaciones que se exigen desde hace 40 años, porque es la forma que se puede frenar lo que viene en el futuro”.

Indicó que varias organizaciones están conformando un movimiento alterno que pretende aglutinar muchos sectores sociales, tanto de los que fueron excluidos como de aquellos que no se habían incorporado al Movimiento Por la Paz.