Al reunirse con mujeres de Yecapixtla y otras zonas de la entidad, principalmente jefas de familia y jóvenes, Meade Ocaranza atribuyó al clientelismo y al condicionamiento político que sectores como los jóvenes y los niños de zonas pobres, marginadas o rurales, no sean beneficiados de forma “constante y directa”, lo que en muchos sentidos termina por arrinconarlos en una realidad de ignorancia, desnutrición y falta de oportunidades.
Acompañado de hombres y mujeres representativos de la colonia Juan Morales y de otros municipios como Yautepec, entre ellos René López Aguilar, Pedro Patrón, Agustín Güemes, Agustín González Ramírez, Alberto García, Matías Alberto Olvera, Alfonso Ramírez, Rodolfo Vázquez y Oliverio Cruz González, Meade Ocaranza refirió que dentro de esta “errónea política” de entregar apoyos y dinero de forma aislada y sin tener una visión integral de desarrollo, las mujeres también resultan afectadas.
“Primero por estar integradas en este grupo de niños y jóvenes en desventaja, y luego al convertirse en madres muchas de ellas solteras que se convierten en jefas de familia que requieren de apoyo para ser autosuficientes, tener un sustento, sobre todo cuando se sabe que la falta de empleo es una constante”, afirmó.
“Un gobierno de cualquier nivel ya no puede mantener temas como el de la mujer y su desenvolvimiento autónomo como promesa o material discursivo; debe resolver su problemática y sus demandas con programas financieros y apoyos técnicos que logren su consolidación como mini empresarias, comerciantes o emprendedoras en cualquier actividad”, acotó.
Notablemente preocupado, Meade Ocaranza consideró que es necesario implementar acciones concretas para atemperar estos índices de pobreza y marginación, pero también para abrir las oportunidades a estos grupos con el fin de que no se pierdan en “caminos equivocados” como la delincuencia o la migración, que al final de cuentas también son factores de desintegración familiar porque mientras el hombre se va a los Estados Unidos, aquí se queda su familia a la espera de un dinero que muchas veces no llega porque el hombre decidió tomar otro camino o murió en su intento de buscar una mejor vida.