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La pobreza se combate con empleo, no con más dinero a programas sociales: analistas

El cambio de titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) era una acción previsible del Ejecutivo, después de que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval) anunciara que durante la administración de Enrique Peña Nieto, el número de pobres aumentó en casi dos millones, que sólo 100 mil personas salieron de la pobreza extrema, y que la Cruzada Nacional contra el Hambre sólo redujo 0.6 por ciento la pobreza alimentaria.

TXT Daniela Barragán
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El investigador Julio Boltvinik Kalinka, del Colegio de México (Colmex), consideró como un error que durante la administración de Rosario Robles Berlanga, al frente de la Sedesol, se convirtiera a la política social en una labor de ambulancia y no en una verdadera estrategia para resolver el verdadero problema del estancamiento económico de México.

“Sobre todo programas como la Cruzada Contra el Hambre, en el que tratan de palear los daños que causó la política económica, dándole acceso a alimentos a la población más carenciada. Eso es actuar curativamente, como ambulancia; pero eso no resuelve el problema fundamental de una economía estacada que no genera oportunidades de empleo”.

La forma en la que se atendió la pobreza con las políticas sociales ocasionó que la estancia de Rosario Robles al frente de Sedesol se tambaleara.

Recién iniciada la actual administración, el panorama era diferente y el respaldo de Presidencia era notorio: “Rosario, no te preocupes. Hay que aguantar, porque han empezado las críticas, han empezado las descalificaciones de aquellos a quienes ocupa y preocupa la política […] Que sigan aquellos criticando las acciones, porque a otros los ocupan las elecciones; a nosotros nos ocupa y nos compromete acabar con el hambre de México”, dijo Enrique Peña Nieto en abril de 2013, a Robles Berlanga, quien días antes había sido acusada de desviar recursos públicos para beneficiar electoralmente al Partido revolucionario Institucional (PRI).

El resultado tres años después fue un aumento en el número de pobres que, durante los últimos diez años han venido en aumento, ya no por las crisis económicas mundiales, sino por la falta de crecimiento en el país.

Los datos de Coneval revelan que en los últimos dos años la cobertura de carencias sociales aumentó, pero los ingresos de las familias bajaron. “Si el ingreso no hubiera disminuido, la pobreza hubiera sido de 44.8 por ciento (es de 46.7 por ciento). Es falta de crecimiento económico y de elementos para mejorar el ingreso de los mexicanos”, aseguró  Gonzalo Hernández Licona, Secretario Ejecutivo del Coneval durante la presentación de la Medición de la Pobreza en México 2014 a nivel nacional.

El documento señala que la población en más pobreza son los menores de 18 años. Representan el 53.9 por ciento. La cifra subió de 21.2 millones en el 2012 a 21.4 millones de personas en el 2014. En cuanto a la población indígena, sigue siendo la más vulnerable y a la que más tardan en llegar los programas sociales. En ese sector poblacional se elevó la pobreza extrema y se mantuvo la pobreza general.

El investigador del Colmex consideró que el gobierno parece no haber entendido que es a través de una política de generación de empleos que “en realidad es una política de crecimiento económico”, la forma en como se puede combatir la pobreza.

EL TRASLADO DE PUESTOS Y PRESUPUESTO

La politica social de Robles Berlanga le valió quedarse fuera de las tareas de la Sedesol, pero le mereció hacerse cargo de las de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), quitando del puesto al ex titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Jesús Murillo Karam.

Quien quedó al frente de la Sedesol fue José Antonio Meade Kuribreña, quien antes era Secretario de Relaciones Exteriores. Lo que recibió fue una institución que actualmente maneja 30 programas sociales y que durante la administración de Peña Nieto ha aumentado su presupuesto año con año.

De acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación 2015, para la Sedesol y sus organismos sectorizados se destinaron 114 mil 504 millones de pesos, 3 mil 292.8 millones de pesos más que en 2014.

El 94.1 por ciento de ese presupuesto se aplica a la entrega de subsidios y transferencias a grupos vulnerables, a través de 30 programas presupuestarios de los que destacan: Pensión de Adultos Mayores (37.1 por ciento, 42 mil millones de pesos); Prospera (34.8 por ciento, 39 mil millones de pesos); Otros programas (14.2 por ciento); Desarrollo de Zonas Prioritarias (4.9 por ciento); Apoyo Alimentario (4.4 por ciento); Comedores comunitarios (2.7 por ciento); y adquisición de leche Liconsa (1.9 por ciento).

En 2014, el presupuesto fue de 111 mil 211.2 millones de pesos. 22 por ciento superior a 2013, que fue de 95 mil 251.8 millones de pesos; 8.4 por ciento más que en 2012, que fue de 84 mil 859.9 millones de pesos.

El presupuesto asignado a Prospera, el principal programa de inclusión social del Gobierno federal para combatir la pobreza en educación, salud y alimentación, durante la administración de Rosario Robles creció 7.1 por ciento al pasar de 73 mil millones de pesos en 2012 a 75 mil millones este año y es que del total de recursos considerados en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2015 –4.6 billones de pesos– el 58 por ciento de los recursos se canaliza para el rubro de “desarrollo social”.

En su segundo año de gobierno, Enrique Peña Nieto decidió renombrar Oportunidades por Prospera a través del cual se beneficia a 6.5 millones de familias ubicadas en las 32 entidades federativas del país y a pesar de que entre 2010 y 2012 aumentó en 7.1 por ciento el gasto destinado a este programa no aumentó en la misma proporción el número de familias beneficiadas; mientras que en 2010 se atendió a 6.4 millones de personas en 2012 se registró el apoyo para 6.5 millones.

SE NECESITAN MÁS EMPLEOS

La política de empleos para combatir la pobreza es, de acuerdo con especialistas e incluso empresarios, una posible solución para erradicar la pobreza.

En entrevista para SinEmbargo, Boltvinik Kalinka comentó que la pelea no es en contra de los programas asistencialistas, que incluso dijo, son necesarios, sino la de empujar una política de empleos, y el conjunto de ambas acciones debería formar una política pública nacional, en la que intervengan la SHCP, el Banco de México, la Secretaría de Economía, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Sedesol, Secretaría de Salud (SSa) y la Secretaría de Educación Pública (SEP).

“Sólo así se lograría reducir realmente la pobreza. Como decía Mao Tse Tung: ‘hay que caminar  sobre dos piernas’, si caminamos sólo una no llegamos muy lejos, y una es la económica y otra es la social”.

Explicó que no se tampoco se trata de impulsar el crecimiento de la economía en general, sino que dentro de todo eso, la población  más pobre encuentre beneficios tangibles, es decir, con una adecuada distribución del ingreso; que crezcan más rápido los ingresos de los pobres que de los ricos hará que la brecha de desigualdad disminuya.

Puso como ejemplo la experiencia en otros países como Japón o Corea del Sur, en los que ese escenario se logró aumentando los impuestos, pero a la población con más ingresos.

Apenas el viernes pasado, el empresario Carlos Slim Helú, uno de los hombres más ricos del mundo, aseguró que la única forma de acabar con la pobreza en México de forma permanente y digna es con el empleo.

El presidente vitalicio de Grupo Carso afirmó que si la inversión pública no es suficiente para garantizar empleos bien remunerados, el capital privado es un elemento clave.

“La única forma de acabar con la pobreza de forma permanente y digna es con empleo, por eso hablo del trabajo de horarios cortos y promover la inversión pública que se está dejando de hacer por falta de recursos, que se haga con capital privado, lo que permite generar actividad económica y empleo”, dijo Slim Helú.

Actualmente, México se ubica en los últimos lugares de generación de empleos en América Latina y ofrece actualmente a los trabajadores los salarios más bajos de la región, catalogados incluso dentro del umbral de la pobreza extrema: 2.50 dólares o 37.5 pesos diarios, coincidieron estudios sobre el tema liberados por Banco Mundial (BM) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Con Información de SinEmbargo

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