A principio de la década de los 40, pero del siglo XIX, el infame Antonio López de Santa Anna, alteza serenísima de México, mandó a crear un monumento que conmemorara el fin de la guerra de independencia nacional (ocurrida en 1821) en el centro de una plaza en cuya ubicación se encontraba antes el mercado El Parián. La primera piedra de esa obra, que llevaría a cabo el arquitecto Lorenzo de la Hidalga, se colocó el 16 de septiembre de 1843, pero nunca se concretó debido a las elevadas deudas que tenía nuestro país.

Aunque ese zócalo no se concretó, sirvió para bautizar por siempre a la zona que ocupa la Plaza de la Constitución.

Este año, el equipo de Salvamento Arqueológico del INAH ha encontrado la estructura original del Zócalo de Santa Anna, la cual estuvo oculta por 174 años.

Su descubrimiento no fue casualidad, por la documentación consultada los investigadores sabían que era muy factible encontrarla. Ahora, última plancha que recubría el Zócalo, construida en 1957, fue removida y se encuentra en remodelación, por lo que trabajadores están escarbando a una profundidad de 50 centímetros para hacer una nueva estructura.

El proyecto de Lorenzo de la Hidalga contemplaba un basamento de aproximadamente un metro de altura sobre el que iba a desplantar una columna con un ángel en la parte superior. Como ya dijimos, esto no paso, pero el basamento sí tuvo un uso. Un tiempo sostuvo una farola, luego una caja acústica y en 1875 fue la base sobre la cual se colocó un quiosco que fue construido en Paris, Francia y posteriormente trasladado al país.

Al norte del asta bandera se registró una plataforma circular que corresponde al zócalo de 1843 y que nunca se erigió. Foto: Melitón Tapia INAH

Descubren el “Zócalo” de la Ciudad de México. Foto: Melitón Tapia INAH

De acuerdo con los investigadores, el espacio estaba delimitado por una banqueta circular de 28 centímetros de altura, la cual presenta accesos al norte y al oriente, alineados con las entradas principales a la Catedral Metropolitana y al Palacio Nacional, que serviría para instalar una balaustrada. Desafortunadamente, El basamento fue afectado por una excavación hecha a fines del siglo XX para introducir el asta bandera.

“La plataforma está construida con un núcleo de mampostería y paramento de bloques de basalto de diferentes dimensiones; el piso del patio consta de lajas, mientras que la banqueta está conformada por grandes bloques de basalto, riolita y andesita”, explicó el arqueólogo Alejandro Meraz Moreno.

La obra de Lorenzo de la Hidalga y el zócalo original fueron desplazados en la memoria de la gente y tuvieron que pasar casi 200 años para que fuera descubierto tras las sucesivas remodelaciones de la Plaza en este 2017.

Pero, ¿si el Zócalo de Santa Anna fue construido sobre el terreno que dejó el mercado de El Parián tras su demolición qué había antes?

“Desde el momento en que aquí estaba el Templo Mayor, en la época de los mexicas, seguramente esto era un espacio abierto. Probablemente se presume que hubiera un tianguis”, afirma el arqueólogo Gonzalo Díaz.
 

FUENTE: INAH TV