El Ejército israelí bombardeó la Ciudad de Gaza este miércoles, dejando 123 muertos en 24 horas, informó el Ministerio de Salud de Gaza.
Este es el mayor número de víctimas en una semana y se suma a los daños de casi dos años de conflicto que han destruido el enclave donde viven más de dos millones de palestinos.
Aviones y tanques atacaron zonas orientales de la ciudad, como los barrios de Zeitún y Shejaia, destruyendo numerosas casas.
En Jan Yunis, al sur, varios hogares también fueron alcanzados, y en el centro de Gaza, los disparos israelíes mataron a nueve personas que buscaban ayuda humanitaria. Según el Hospital al-Ahli, 12 personas murieron en un ataque aéreo a una vivienda en Zeitún.
Además, ocho personas, incluidos tres niños, murieron por hambre y desnutrición en las últimas 24 horas.
Desde el inicio del conflicto, 235 personas han fallecido por esta causa, según las autoridades sanitarias de Gaza, aunque Israel cuestiona estas cifras.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó que los palestinos no serán expulsados, sino que se les permitirá salir del enclave, que alberga a más de dos millones de personas.
Sin embargo, esta propuesta genera preocupación mundial, ya que muchos la consideran un riesgo de otro desplazamiento masivo similar a la "Nakba" de 1948.
Mientras tanto, Hamás continúa negociaciones con mediadores egipcios en El Cairo.
Las conversaciones buscan detener la guerra, entregar ayuda humanitaria y explorar un alto al fuego general, aunque Hamás afirma que no puede entregar sus armas mientras Israel mantenga la ocupación.
El plan de Israel de ampliar su control militar sobre Gaza, que podría iniciar en octubre, ha provocado protestas internacionales por la devastación, los desplazamientos y la falta de alimentos. Al menos 24 países han denunciado el sufrimiento extremo de la población y exigieron permitir el paso de ayuda sin restricciones.
En las últimas 24 horas, casi 320 camiones con alimentos y medicinas ingresaron a Gaza a través de los pasos fronterizos de Kerem Shalom y Zikim, además de tres camiones cisterna de combustible y 97 palés de ayuda aérea. Sin embargo, tanto la ONU como los palestinos consideran que la asistencia sigue siendo insuficiente.