Rusia ejecutó su ofensiva aérea más masiva hasta la fecha contra Ucrania, lanzando un total de 537 armas durante la noche, incluidas 477 drones y señuelos y 60 misiles, según informó la fuerza aérea ucraniana.
El ataque dejó víctimas civiles y la muerte del piloto ucraniano Maksym Ustymenko, quien pilotaba un caza F-16. El teniente coronel, de 32 años, logró derribar siete objetivos antes de que su aeronave fuera alcanzada. Intentó desviar el avión de una zona poblada, pero no logró eyectarse a tiempo.
Entre los misiles utilizados se encontraban Kh-47M2 Kinzhal, Iskander-M, Kalibr, Kh-101 y misiles S-300. Las fuerzas ucranianas afirmaron haber derribado 249 de los proyectiles y reportaron que 226 fueron neutralizados electrónicamente.
Los bombardeos afectaron a regiones de todo el país, incluso zonas del oeste lejanas al frente. En Jersón, una persona murió por un ataque con dron, mientras que en Cherkasy seis personas resultaron heridas, incluido un menor.
En respuesta, Polonia y otros países aliados desplegaron aviones de combate para proteger su espacio aéreo.
El ataque se produce en medio de tensiones renovadas, aunque el presidente ruso Vladímir Putin expresó su disposición a reanudar negociaciones de paz en Estambul. No obstante, los intentos diplomáticos anteriores no han dado frutos significativos.