El Gobierno de Irán confirmó este miércoles que sus instalaciones nucleares resultaron "gravemente dañadas" tras los ataques de Estados Unidos e Israel, ocurridos en medio del conflicto que comenzó con la ofensiva israelí del 13 de junio.
Estos ataques afectaron las plantas de Fordo, Natanz e Isfahán, justo un día después de que entrara en vigor un alto el fuego que puso fin a doce días de enfrentamientos.
El portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Esmaeil Baqaei, aseguró que las instalaciones sufrieron daños severos por los repetidos bombardeos, aunque evitó entrar en detalles técnicos, señalando que la Organización para la Energía Atómica de Irán (OIEA) y otras agencias están trabajando en evaluar el alcance del impacto.
Pese a esto, reafirmó que Irán mantendrá activo su programa nuclear, defendiendo su derecho legítimo a la energía nuclear con fines pacíficos, tal como lo establece el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).
En respuesta a los ataques, el Parlamento iraní aprobó un proyecto para suspender la cooperación con el OIEA, medida que Baqaei calificó como un paso natural ante lo que describió como una agresión ilegal que viola el Derecho Internacional.
Además, criticó la minimización internacional del daño sufrido, insistiendo en que el mundo debería condenar estas acciones.
Por su parte, la Agencia para la Energía Atómica de Irán anunció el martes que está lista para reanudar el enriquecimiento de uranio y continuar su programa nuclear sin interrupciones, pese al frágil alto el fuego vigente.
En contraste, Rafael Grossi, director general del Organismo Internacional de Energía Atómica, expresó su satisfacción por el acuerdo de alto el fuego y pidió que Irán reanude la cooperación con el organismo.