Corea del Sur celebra este martes una elección presidencial decisiva tras medio año de caos político generado por la destitución del expresidente Yoon Suk Yeol, quien fue removido del cargo luego de declarar la ley marcial en diciembre pasado. La votación busca restablecer el orden institucional en una de las democracias más importantes de Asia.
Los principales contendientes son Lee Jae-myung, del opositor Partido Demócrata, y Kim Moon-soo, del conservador Partido del Poder Popular (PPP). Lee, abogado y exgobernador, lidera las encuestas. Ha prometido reformas políticas, mayor control sobre el poder presidencial y políticas económicas enfocadas en pequeñas empresas y tecnología. Aunque enfrenta varios procesos legales, niega todas las acusaciones y denuncia motivaciones políticas.
Por su parte, Kim, exministro y exactivista estudiantil, propone recortes fiscales, mayor impulso a la energía nuclear y una reforma del sistema político y judicial. Fue finalmente elegido por el PPP tras una serie de disputas internas.
La economía es el tema central para los votantes, afectados por el alza del costo de vida, el desempleo juvenil y una contracción económica reciente. También preocupan la crisis demográfica, las tensiones con Corea del Norte, la relación con China y el futuro de la alianza con Estados Unidos.
Los resultados se esperan para el miércoles. Esta elección marcará el rumbo de Corea del Sur frente a sus desafíos internos y su papel geopolítico en Asia-Pacífico.