El director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, lanzó una advertencia contundente sobre los avances nucleares de Irán, señalando que el país "no está lejos" de poder fabricar una bomba nuclear.
Estas declaraciones se dieron poco antes de su llegada a Teherán este miércoles, en un momento clave previo a una nueva ronda de negociaciones entre Irán y Estados Unidos.
"Es como un rompecabezas. Tienen las piezas y un día podrán juntarlas", dijo Grossi en una entrevista con el diario francés Le Monde.
"Aún queda camino por recorrer para que lo logren. Pero no están tan lejos, eso hay que reconocerlo", afirmó el jefe del organismo nuclear de la ONU.
Grossi subrayó también que “no basta con decirle a la comunidad internacional 'no tenemos armas nucleares' para que nos crean. Necesitamos poder verificarlo”, en alusión a la necesidad de una supervisión clara y transparente sobre el programa nuclear iraní.
Durante su visita, Grossi se reunió con el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Abbas Araghchi, quien calificó el encuentro como una "discusión útil".
Araghchi pidió que el OIEA se mantenga “alejado de la política” y advirtió sobre “saboteadores” que podrían “descarrilar las negociaciones actuales”.
Por su parte, Grossi reiteró que la cooperación de Teherán con su organismo es “indispensable para proporcionar garantías creíbles sobre la naturaleza pacífica del programa nuclear de Irán en un momento en que se necesita urgentemente la diplomacia”.
Las tensiones escalan mientras se aproxima la segunda ronda de negociaciones entre Irán y Estados Unidos, prevista para este sábado en Roma, con mediación omaní. Ambas partes calificaron como “constructiva” la primera reunión, celebrada la semana anterior.
"Estamos dispuestos a generar confianza en respuesta a posibles preocupaciones, pero la cuestión del enriquecimiento no es negociable", dijo a los periodistas.
Además, criticó “las posiciones contradictorias y conflictivas” del gobierno de Trump, advirtiendo que “si seguimos escuchando posiciones contradictorias y conflictivas, vamos a tener problemas”.
Mientras tanto, el viceministro de Asuntos Exteriores, Kazem Gharibabadi, declaró a la televisión estatal que las conversaciones del sábado se realizarán en Roma, y recalcó que “si la otra parte habla en serio sobre las negociaciones, debería presentar solicitudes lógicas, no irrealistas”.
La situación cobra aún más relevancia después del último informe del OIEA, que indica que Irán posee alrededor de 274.8 kilogramos de uranio enriquecido hasta el 60 por ciento, un nivel muy por encima del límite del 3.67% fijado en el acuerdo nuclear de 2015, pero aún por debajo del 90% necesario para una ojiva nuclear.
Pese a la tensión, el presidente iraní, Masoud Pezeshkian, expresó esperanza en llegar a un acuerdo con Estados Unidos, aunque el enviado estadounidense para Medio Oriente, Steve Witkoff, ha pedido que Irán “detenga y elimine” el enriquecimiento de uranio.
En paralelo, Araghchi viajará a Rusia este jueves para dialogar con su aliado estratégico, en una visita que, aunque “planificada de antemano”, incluirá temas relacionados con el proceso de negociación con Estados Unidos.
La comunidad internacional observa con atención el desarrollo de estas conversaciones, que podrían marcar un punto de inflexión en la disputa nuclear que lleva más de una década.