Mientras cada minuto se desperdician 38 toneladas de alimentos, una de cada cuatro personas en México no tiene qué comer.

La crisis alimentaria se agudizó gravemente por la pandemia de covid-19 y el panorama se complica por la inflación, por lo que ahora una de cada cuatro personas en México no tiene que comer, mientras cada minuto se desperdician 38 toneladas de alimentos.  

Así lo expuso Elena González Navarro, presidenta del consejo del Banco de Alimentos de Morelos, al referir que durante los dos años de pérdidas de empleos y de baja económica por la pandemia, enfrentaron como institución un “reto brutal” y, aunque no estaba preparada, pudieron responder y apoyar a mucha gente que se quedó sin trabajo y no tenía ni para completar para su despensa.  

En este lapso distribuyeron 22 mil paquetes de comida, con el apoyo social.  

Entrevistada luego de dar a conocer su informe de actividades- la representante de la agrupación civil dijo que todavía estamos pasando un proceso de estabilización, ya que muchas personas no han logado recuperar sus condiciones laborales. 

Actualmente el Banco de Alimentos de Morelos, apoya a alrededor de 35 mil personas, de las cuales un alto porcentaje son niños y ancianos.  

Lamentó que en el país cada minuto hay una pérdida de alimentos de 38 toneladas, lo que significa que con esa cantidad sería factible ayudar a los miles de mexicanos que no tienen qué comer.  

“Más del 50 por ciento de la población en el país está en pobreza y en carencia alimentaria en Morelos 480 mil personas, esto según cifras del Inegi anteriores a la pandemia. Eso quiere decir que ahorita ya sumarían más de 500mil personas”, abundó.  

En este contexto, la entrevistada dijo que la crisis alimentaria podría agravarse en este cierre de año y el siguiente, debido a la inflación.   

Por ello, llamó a la sociedad y a las autoridades a sumarse a la labor que realizan, pues el punto es reducir el desperdicio y por otro lado, ser un puente entre la abundancia -el alimento que sobra- y la carencia, la gente que tiene hambre.

Expuso que muchas veces los políticos entregan despensas pero estas ayudan solo de forma temporal porque no se resuelve la carencia.  

Añadió que con el desperdicio, además del desequilibrio social, se produce daño ambiental, por la sobreexplotación de la tierra y el uso en demasía del agua, entre otros efectos. 

González Navarro comentó que las empresas y particulares que quieran contribuir pueden hacerlo en los tres centros de distribución que tienen, en Cuernavaca, Jiutepec y Temixco.